Entre la inanidad absoluta que me produce el cine comercial de hoy en día y mi juego favorito de inmersión en el impresionante legado atesorado en los discos duros que me permite visionar piezas que antes no tenía acceso, lo tengo claro respecto a los derroteros por los que deseo caminar. Y no voy desorientado ni deambulo de manera errática como Travis Henderson (Harry Dean Staton) en 'París, Texas' (1984), de Wim Wenders. Sé muy ...