‘Sirat’ (2025), de Olivier Laxe, se ha convertido en un acontecimiento. El premio recibido por parte del jurado internacional de Cannes la coloca en una tesitura de alto rango. Como si fuese un título especial dotado de unas características únicas y extraordinarias. De esas piezas que levantan expectativas porque al recibir un galardón de tamaña importancia sus virtudes son algo fuera de lo común. Y, en mi opinión, la obra del autor de ‘Lo que arde’ (2017), tiene ingredientes estéticos, visuales, sonoros, expresivos, de un cuño particular que revelan que detrás de la cámara hay alguien que va a su bola y quiere realizar algo diferente. Esto no quiere decir que ‘Sirat’ se una indiscutible obra maestra, solo por el hecho de haber puesto en unanimidad a un selecto grupo de doctos representantes del arte cinematográfico que han visto en el largometraje formas audiovisuales que les han emocionado. Cada vez presto menos atención a las distinciones y cada vez me alejo más de los premios y los fallos de un palmarés concedido por un grupo de mujeres y hombres.

Aunque los reconocimientos en los certámenes vienen bien, ayudan en su promoción y levantan la curiosidad. En este caso, y con el buen recuerdo que me dejó ‘Mimosas’ (2016), ‘Sirat’, que localiza su acción en una geografía idéntica, me parece una aventura humana alrededor del infortunio y la desgracia interesante a ratos e intensa en partes que me parecen desarrolladas con una fuerza visual y dramática muy potente.

La búsqueda de una persona, en este caso una hija desaparecida y enrolada en el aguerrido ambiente de los ‘ravens’ e incondicionales de la música electrónica, es la excusa, a modo de MacGuffin que utiliza el cineasta hispanofrancés para armar una emocional road movie por un paraje ciertamente inhóspito y hostil por una orografía muy escarpada.

Sergi López, da vida a Luis, quien acompañado por su hijo (Bruno Núñez), se unen a un grupo peculiar de personajes al margen del orden convencional para llegar a un concierto en un paraje desértico y disfrutar de su afición. Por lo tanto, la exigente fisicidad del paraje que impone su ley natural, les obligará a tomar decisiones conjuntas en vez de individuales. Los trayectos, individuales y colectivos, actúan como catarsis y transforma, paso a paso, a los personajes.

Las criaturas que acontecen en esta peripecia pedregosa parecen salidos de algún capítulo de ‘Mad Max’. Con su fisonomía, indumentaria y el contenido de sus diálogos, denotan que son gente que van a la contra y su estilo de vida es errante, montados en camiones entre vintage o sacados de un desguace. Pero los vehículos cumplen con su función y le dan un aspecto indómito, surcando por pistas tortuosas o cruzando riachuelos no sin esfuerzo del motor.

Pero donde encuentro un asidero para entrar en la peripecia dolorosa de la película (el destino se diluye poco a poco e irrumpe la inclemencia del terreno) es en la escalofriante ascensión de los camiones y la furgoneta Jumpy (Citroën) por una carretera estrecha, de tierra y piedra, cuyo desfiladero a un lado y, al otro, una pared de roca, acojona. Esta larga secuencia, que termina en tragedia, dialoga, a mi parecer, con el enconado afán y arriesgado coraje de los antihéroes transportistas de ‘El salario del miedo’ (1953), de Henri-Georges Clouzot, desplazando por viaductos irregulares botellitas de nitroglicerina. Una misión que el excelente William Friedkin emuló en la no menos fascinante e hipnótica (música de Tangerine Dream) en la muy recordada y, para mí sensacional, ‘Carga maldita’ (1977).

Ese áspero trazo unido más tarde a la amargura y sufrimiento de los personajes atrapados en un secarral en medio de la nada repleto de minas antipersonas, me parece una forma de conducir el relato, que se ha desviado hacia un sentido inesperado, filmado, montado y musicado con fuerza y potencia de la buena.

La odisea musical termina en el ocaso de unos personajes a los que un revés sobrevenido en forma de adversidad, los derrumba y los deja a los pies de los caballos.

Como trasfondo a una situación política, en clave bélica, que asola al país donde se desarrolla la acción, que añade inquietud y malestar, del que estos cowboys del desierto escapen del mundanal ruido y busquen su sitio en el mundo. Aunque el precio a pagar es muy alto.

Reseña de José Manuel León Meliá

Sirât (2025)
Sirât poster Rating: 7.7/10 (214 votes)
Director: Oliver Laxe
Writer: Santiago Fillol, Oliver Laxe
Stars: Sergi López, Bruno Núñez Arjona, Stefania Gadda
Runtime: 115 min
Rated: N/A
Genre: Drama
Released: 06 Jun 2025
Plot: A father, accompanied by his son, goes looking for his missing daughter in North Africa.
Calificación: