De los títulos que han llegado a la cartelera comercial de este fin de semana es recomendable hacer una reseña a favor de la producción canadiense ‘Simple como Sylvain’ (2023), escrita y dirigida por la realizadora Monia Chokri. La película se pasó en el festival de Cannes y estuvo en la sección <Una cierta mirada>.
Se trata de una pieza que pretende exhumar todos los prejuicios que imponemos como una barrera imposible de derribar hacia las personas que etiquetamos como paletos o palurdos. Esos seres de rústica ignorancia que desentonan por sus parcos y rudos conocimientos frente al nivel intelectual pretencioso y pomposo de la gente formada en la universidad.
Esta premisa de choque estaba planteada, con otras intenciones, por ejemplo, en ‘Annie Hall’ (1977), de Woody Allen. Cuando Alvy Singer (Allen) conoce a la hermosa, pizpireta y moderna Annie (Diane Keaton) se compromete a formarla desde su bagaje cultural asentado en la literatura, filosofía, teatro, cine, sociología y otras materias absorbidas. Alvy y Annie forjan una relación donde el ego paranoico y cultivado de él, en plan pigmalión, se impone a la grácil y práctica normalidad de ella. Se convierten en amantes entre otras cosas porque en el terreno sexual también existe correspondencia.
En ‘Simple como Sylvain’ hay mucho de postureo literario y filosófico. Se citan nombres, autores y se escucha alguna frase de calibre y pensamiento profundo. Pero lo que verdaderamente empuja a la protagonista de la historia a cruzar una línea prohibida no es otro motivo que el sexo. Y si en su práctica, no diaria pero sí con frecuencia inusitada, se implementan en el juego de los cuerpos actitudes provocativas y fogosas, mejor que mejor. En pocas palabras, si sabes hacer una buena felación o comer un coño con ganas y pasión, mejor que saber preparar un buen café. Así es esta película. Descarada y divertida.
La acción comienza una noche en el interior de una casa que presenta signos que sus propietarios tienen dinero. Dos parejas cenan, beben, hablan, reflexionan y acometen divagaciones profundas mientras los hijos revolotean, juegan o ven la televisión. Según los personajes, afrontan cuestiones relacionadas con los valores universales. Al rato se les une una mujer, joven todavía y de buen ver, recientemente divorciada, que añade su experiencia recién adquirida y dice estar encantada y en la gloria. Este punto de vista no se le escapa a la protagonista del argumento, Sophia (Magalie Léprine), casada, en una relación monótona con señales de agotamiento y cierta decadencia en la cama.
Sophia es una mujer intelectualmente cuajada en la universidad, muy preparada en el campo de la filología, literatura y filosofía y su trabajo consiste en dar clases de humanidades a gente mayor interesada en los conocimientos filosóficos. Suele citar a Platón y a su alumnado les dice que el pensador griego afirmaba que el amor es deseo.
Pues bien. Sophia tiene una cabaña de descanso que comparte con su marido y ha pensado en reformarla. Para las mejoras contrata a un tipo de la zona, que se llama Sylvain, un manitas perfeccionista pero de toscas entendederas. El hombre tiene un cuerpo espectacular y Sophia se siente atraída por él. Pronto tienen un encuentro sexual y brutal y los aullidos y orgasmos se los reparten por igual. Para la ocasión y convencerse Sophia que actúa correctamente se dice <«que deseamos lo que no tenemos»>. Para explicar sus ganas de estar con Sylvain y follar con él prioriza que su decisión es completamente irracional.
A partir de aquí, después del trabajo de carpintería en la choza de verano, Sophia y Sylvain se ven a menudo y no paran de tener coitos a todas horas musicalizados con una partitura de reminiscencias parecidas a las pautadas por el compositor francés Michel Legrand en sus creaciones románticas.
Sophia está convencida que lo suyo es amor, va a tope, no se detiene ante nada y está experimentando una libertad sexual francamente placentera. Su colosal autoestima la conduce a citar también a Sopenhauer que afirmaba: <«Considera la voluntad de vivir como la fuerza motriz del amor; todo es físico, expresión del deseo sexual»>. Recurre de igual modo a Spinoza para confirmar, según las palabras del pensador neerlandés, que <«Tener un lenguaje preciso significa tener un discurso maduro. El deseo es poder»>. Con este voltaje cultural a la mujer no la detiene nadie porque ella está respondiendo a lo que le pide el cuerpo y la cabeza.
Tanto frenesí y voluptuosidad carnal está bien si no se entromete ninguna injerencia. Sophia está surfeando la ola más grande y alta. Pero ella tiene un poso de soberbia y amor propio, de alta consideración y llega un momento que para su revolución cuando determina que su amante hace el amor de maravilla pero no deja de ser un cazurro burdo y de costumbres, de polígono. Sophia se apea y decide marcharse al rincón de pensar. Retoma el estatus con su soso marido, se permite una locura con un reponedor de un supermercado y se introduce en una encrucijada mientras sopesa los pros y los contras.
‘Simple como Sylvain’ es una comedia ácida y costumbrista sobre el variopinto mundo de la pareja, sus locuras, excentricidades o aburridas normalidades. Una película planteada como un éxtasis divertido acerca que la felicidad no siempre viene por el lado de una persona construida en las bibliotecas, sino de la más absoluta sencillez. Sophia tiene un dilema que lo resuelve en el tramo final. Observa que los buenos revolcones tienen un componente arrebatado, loco y disparatado, independientemente de la capacidad mental del actuante. El encargado de la reforma, Sylvain, sabe mucho de arreglos y necesidades.
Reseña de Jose Manuel León Meliá
The Nature of Love (2023) | |
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Rating: 7.1/10 (1,433 votes) Director: Monia Chokri Writer: Monia Chokri Stars: Magalie Lépine Blondeau, Pierre-Yves Cardinal, Francis-William Rhéaume Runtime: 110 min Rated: N/A Genre: Comedy, Drama, Romance Released: 22 Sep 2023 |
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Plot: Sophia's life is turned upside down when she meets Sylvain. She comes from a wealthy family, while Sylvain comes from a family of manual workers. Sophia questions her own values after abandoning herself to her great romantic impul... |
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