Viendo ‘La nuit se traine’ (2024), una producción belga escrita y dirigida por Michiel Blanchart, que supone su ópera prima, no dejo de pensar en ‘¡Jo, qué noche!’ (1985), la trepidante película de Martin Scorsese. La acción de las dos piezas se desarrolla en una noche loca, repleta de acontecimientos inesperados y llena de giros sorprendentes. A veces, el abracadabra funciona y proporciona un chute de adrenalina visual excitante y a toda marcha.

Scorsese, en el apogeo de su inspiración para la comedia frenética y rocambolesca, situó la acción de su sátira en las casualidades del destino en la nocturna Manhattan. El debutante Blanchart coloca las atosigantes aventuras y desventuras de su antihéroe en Bruselas. La ciudad belga captada en tonos ambarinos, anaranjados, a veces marrones, con una fotografía digital de noche bastante conseguida y adecuada a las características de un relato tenso, inquietante, dramático y, por supuesto, tocado por idas y vueltas que hacen del espectáculo un entretenido relato sobre la providencia.

El personaje central es una criatura normal y corriente. Se llama Samy Neba (Jonathan Feitre), de origen africano, un adolescente esforzado que trabaja, y esto es importante, de cerrajero. Su servicio se concentra, principalmente, a partir de las 10.00 de la noche, cuando la gente vuelve a sus hogares y los propietarios se percatan que se han dejado las llaves. Entonces deben recurrir al cerrajero y su servicio viene a costar lo mismo que en España, entre los 250 y 300€. Para afinar algo más a este chaval, le gusta escuchar a Petula Clark, que era una de las cantantes preferidas de su madre.

Pero vamos a ver, ¿Cómo se puede construir un guion que va como un tren de alta velocidad con un sujeto que es cerrajero, negro y que escucha entusiasmado a Petula Clark? Joer, pues Michiel Blanchart lo consigue y pergeña una historieta de mafias y persecuciones a tope de caña.

La historia es un correcalles sin parar que comienza con un contexto de protesta acerca de la manifestación de hombres y mujeres negras que salen a la calle a pedir justicia por el reciente apaleamiento cruel y salvaje de un chaval negro a manos de la policía de Bruselas. Este inicio no solo es un recurso de áspera fuerza ambiental sino que volverá a aparecer de determinados momentos de la acción y también cobrará relevancia en la parte final. Por lo tanto, se puede escribir que la estructura de la película, salvando las distancias más o menos ortodoxas, tiene una estructura circular.

El punto de partida es simple y el argumento, salpicado de situaciones azarosas, gira alrededor del azar, tan caprichoso como juguetón. Samy recibe una llamada de emergencia (a esas horas todo son emergencias) de una chica que dice llamarse Claire (Natacha Krief) para que le abra la puerta de su domicilio. Pese a su juventud, Samy es astuto y precavido y actúa como un profesional. Antes de utilizar el taladro y sus habilidades para retirar el bombín de la puerta le solicita a Claire una serie de datos para verificar que ella es la propietaria o tiene algo que ver con el apartamento. La chica marea la perdiz y Samy baja la guardia al tratarse de una muchacha guapa y apurada. Guapa y apurada y necesitada de ayuda son elementos que convencen y derriten a cualquiera. El caso es que la chica dice ir a tirar la basura y acercarse a un cajero automático próximo para pagar el servicio. El cerrajero se queda esperando en la vivienda a la que entran unos tipos malencarados, furiosos, violentos y con pintas de rudos maleantes.

A partir de aquí comienza para Samy una desesperada y angustiosa noche llena de problemas y peligros. Claire entró en el piso para cobrarse una cantidad de dinero importante que más tarde se iba a utilizar para pagar una transacción a unos albaneses. El deudor es Yanick (Romain Duris), un mafioso que necesita la pasta como el comer y obliga a Sammy a localizar el dinero.

Que Claire esté conchabada con alguien de la banda, que Samy tiene que salvaguardarse del traidor perteneciente a la organización delictiva de Yanick, que hay un policía corrupto que chiva pistas al mafioso y que Samy y Claire se encuentran en un momento dado para contarse sus penas e infortunios, son anécdotas, algo toquiteadas por el cine en bastantes ocasiones, que no por su cometido estándar dejan de funcionar con un ritmo incesante y plausible.

‘La nuit se traine’ o ‘La noche eterna’ es una pieza sobre las contingencias que hay que superar en un meollo extraño e inusual para dos personajes, Samy y Claire, que verdaderamente se llama Julie, ajenos a un entramado criminal y absorbidos por sus facinerosos negocios de los que tratan de salir airosos y sobrevivir en medio de una inclemente persecución.

Mientras la pareja huye, corre, se esconde, sortea disparos, se cruzan con los manifestantes y tratan de jugar sus cartas con el cebo del dinero, lo que ve y siente el espectador es una vibrante aventura nocturna sobre dos seres inmersos en una eventualidad que no les corresponden. Conocen el lado feo, oscuro y criminal del submundo e inframundo de la delincuencia.

Buena película, vistosa, con alardes, nada nuevo, pero molona, que concluye con el riesgo de poner en pantalla soluciones menos acomodaticias.

Reseña de José Manuel León Meliá

 

La nuit se traîne (2024)
La nuit se traîne poster Rating: 7.2/10 (487 votes)
Director: Michiel Blanchart
Writer: Michiel Blanchart, Gilles Marchand
Stars: Jonathan Feltre, Natacha Krief, Jonas Bloquet
Runtime: 97 min
Rated: N/A
Genre: Action, Thriller
Released: 28 Aug 2024
Plot: This night is like all the others for Mady, student by day, locksmith by night. But Claire, the enigmatic young girl he helps out that night, is not who she claims to be. Mady has only one night to prove his innocence in a city in...
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