Consigue sobradamente lo que pretende: hacer reír al público con la caricatura ácida de un extendido contraste social y generacional. Exagera moderadamente algunos tópicos y logra el punto cómico adecuado. No obstante, apuesta por la comprensión y la aceptación de la pluralidad desde el respeto. Presenta al protagonista como heredero de unos valores y principios caducos para trazar su metamorfosis con argumentos que apelan a los mejores sentimientos del ser humano. Leo Harlem, a quien ...