El servicio militar obligatorio en Italia y sus funestas consecuencias son objeto de denuncia despiada por parte del cineasta italiano Marco Bellocchio en su destemplada y airada película ‘Marcha triunfal’ (1976). Para esa fecha, Bellocchio ya se había granjeado una posición de artista molesto y desbravado, además de un reconocimiento crítico, por sus intempestuosas incursiones en el cine social y político de su país. El cine de coraje, de apuntes sociales y arrebato contra la conservadora Iglesia Católica se podía rastrear sin cortapisas en piezas como ‘En el nombre del padre’ y ‘Noticia de una violación en primera página’, ambas de 1972.

Su temperamento desatado y su osadía temática/argumental le colocaron en una posición de reconocimiento por hacer valer el arte audiovisual como frente para exponer asuntos controvertidos de frente que podrían interesar a la parte progresista que se asomaba al cine como relator del hoy en día. ‘Marcha triunfal’, eufemismo para expresar el descenso a los infiernos de un joven recluta, no amortigua el paso y se mantiene tenaz en sus postulados principales. Que no son otros que idea y dispositivo visual y estético acorde con los mimbres del largometraje.

Tiene un buen reparto atomizado en las figuras de Michele Placido, con su aspecto blandengue y aterciopelado, que encaja a la perfección en su rol de Paolo, soldados raso dispuesto a cumplir una obligación fatua después de graduarse en letras y tener que atender el requisito militar. Franco Nero, en el apogeo de su carrera, encarna al capitán Asciutto, un tipo en apariencia atlética y exigente que esconde un montón de traumas y tormentos empezando por su impotencia y el hecho de no tener un hijo. De su esposa hace Miou-Miou, en el papel de Rosanna, mujer insatisfecha, burlona y sensual que no pone impedimento para verse con el vicioso y follador Teniente Baio, al que da vida el malogrado Patrick Deware.

Por cierto, las escenas de sexo y la visión de los genitales de hombres y mujer están bien visibles. También es verdad que Baio, en su picadero donde se junta con Rosanna, dispone de un proyectos de 8 mm con el que proyecta películas pornográficas a modo de excitación mientras yace con su amante. Su aventura sexual con Rosanna no deja de ser una estúpida y patética parafernalia para venirse arriba y dejar constancia de su potencia como macho alfa para satisfacción de sus amigos que permanecen fuera de la estancia escuchando los gritos de deseo que emanan de la garganta de Rosanna. Esto da una imagen arrabalera y sombría, además de ridícula, de la institución militar.

La película se abre con una larga secuencia en la que se ve al recluta Paolo sometido al rigor castrense comandado por el sargento instructor que exige al novato que se presente y alce la voz (y vocalizar) gritando su nombre, rango y compañía a la que pertenece. Y así un buen rato para demostrar la imbecilidad de una instrucción amorfa y vejatoria. Esta escena se une a otras en las que Paolo es víctima de novatas y un trato cruel por parte del capitán Asciutto que empuja al joven soldado a tener unas ganas inaguantables de abandonar, es decir, desertar. Sin embargo, una serie de circunstancias le ponen bajo la tutela del capitán y su condición de pelele cambia y se transforma en alguien utilizable para un servicio personal del oficial.

Paolo pasa de ser un personaje atribulado y atropellado, objeto de burla y escarnio por parte de los suboficiales, a construir una autoestima gracias a la confianza interesada que le proporciona Asciutto. El comienzo desasosegante y brutal transforma el calvario y el sufrimiento en cierta placidez. Adquiere altivez y orgullo al sentirse protegido por el oficial al mando. Pero los compañeros, sobre todo aquellos que le aportaron cariño y apoyo en sus horribles compases iniciales, le miran y tratan con desprecio.

Paolo se dedica a ganar méritos, a hacerse fuerte, más agresivo y sobrellevar el trámite impositivo de la mejor manera posible. El capitán le encarga la misión de seguir a Rosanna para que teste si se ve con otros hombres. Esta ingrata tarea al final le gusta y logra enamorar a Rosanna, que abandona al tarambana e irrespetuoso Baio.
Los acontecimientos se ponen tensos, conflictivos, el registro dramático aparece y la impresión que da la película es una visión despreciable y antipática de un servicio militar frustrante y desapasionado. Paolo desea revertir la situación, volver a ser el recluta de antes y ganarse el afecto de nuevo de sus compañeros.
Película de su época, quizás desfasada hoy en día, pero en su momento, con ese tono gris y demoledor, era un poderoso alegato contra la institución militar. Al final a una desopilante degradación del ser humano idiotizado por una experiencia que más que formativa parece cruel e infame.
Reseña de Jose Manuel León Melia

Victory March (1976)
Victory March poster Rating: 6.8/10 (318 votes)
Director: Marco Bellocchio
Writer: Marco Bellocchio, Sergio Bazzini
Stars: Franco Nero, Miou-Miou, Michele Placido
Runtime: 118 min
Rated: N/A
Genre: Drama
Released: 12 Mar 1976
Plot: The young student Paolo Passeri is firmly anti-militarist but has to do his military service.

 

Calificación: