‘Nickel boys’ (2024), de RaMell Ross, es la adaptación al cine de la novela homónima de Colson Whitehead. Libro ganador del premio Pulitzer. Una historia asfixiante y demoledora sobre los abusos de poder, el odio más extremo, el racismo más visceral y las atrocidades más salvajes. La acción principal transcurre durante los años 60, en tiempos convulsos, con una América segregada, en la que la ciudadanía de color negro empezaba a luchar por los derechos civiles gracias, entre otros motivos, a la lucha pacífica y sin desmayo de una figura clave como Martin Luthero King. En este contexto, árido y crispado, donde el negro, especialmente en los estados sureños, era poco menos que un estorbo ingrato y desagradable. La acción transcurre en noroeste de Florida, en un correccional de jóvenes llamado Nickel. Una alusión metafórica en relación a las monedas de centavo de dólar americano que se fabricaban con esa aleación y cuyo valor era pírrico. La institución, en la que predomina los ingresados negros, aunque había de otras razas, se caracterizaba por la cruda violencia utilizada por sus instructores que empleaban los medios más coercitivos para castigar la violación de las estrictas reglas.
Con este material de partida se podría haber construido un relato cruel y dramático en su versión estandarizada cafre, al estilo ’12 años de esclavitud’ (2013), de Steve MacQueen, incidiendo en los clichés acomodados por el cine norteamericano más convencional, pero su responsable detrás de la cámara, el documentalista RaMell Ross, también coguionista de la película, opta por un estilismo desacostumbrado, nada retórico, a desamano, a la contra y con un lenguaje narrativo valiente, casi extraño, lejos de los parámetros del cine comercial.
El dispositivo visual, mezcla de imágenes incisivas y sensoriales, muchas de ellas contemplativas, transportan al espectador a una mutación de la forma fílmica no voy a escribir innovador (Jonas Mekas actúa como pionero en el concepto), pero sí sus claves formales son atrevidas y en desuso. Una antropología del cine, de decida textura visual, con herramientas del cine documental, aunque, en líneas generales, desigual, por algunas ideas que se desvertebran de la arquitectura principal, y me inspiran más un antojo que un servicio a la coherencia.
La película, a ratos de fascinante labor multidisciplinar, se articula también, dentro de su metalenguaje, alrededor de una referencia significativa y de combate en la trinchera como el apunte al filme producido y dirigido por Stanley Kramer ‘Fugitivos’ (1958), con Tony Curtis y Sidney Poitier unidos por las cadenas de un presidio que en su fuga de la cárcel manifiestan tensión y rabia racista en el personaje encarnado por Curtis. En varias ocasiones vemos detalles de este largometraje y casi siempre desde el punto de vista de Poitier.
Pero donde la película puede deslumbrar y ocasionar adeptos encendidos y elogiosos es por acometer la narración RaMell Ross desde un punto de vista subjetivo. La cámara funciona como los ojos de Elwood (Etham Herisse). Su mirada es el sentido del relato. Todo lo que vemos o, mejor dicho, casi todo, está contado bajo el prisma de su percepción. De esta manera asistimos desde chaval hasta que cumple 17 años a vivencias normales, de un crío cuidado por su abuela. De adolescente, haciendo autostop para acudir a la escuela, le para un hombre de color negro. Se sube sin saber que el coche es robado. Le para la policía y Elwood es enviado al correccional. Aquí conoce a Turner (Brandon Wilson), que será su íntimo amigo.
Esta historia de sacrificio, resiliencia, autoestima, ánimo y lucha por la libertad está contada con un lenguaje hipnótico, suigéneris, libérrimo, con semejanza al cine de David Lynch y Terence Malik. Cámara en mano, paneos espontáneos y raíz documental. El tema de la discriminación, vejaciones, humillaciones, tortura y violencia está presente pero queda fuera de campo. RaMell Ross fija el foco en una mano, en una pierna o en los zapatos para eludir los momentos más impactantes y dejar al sonido que hable por sí solo.
En el tramo final hay un giro importante, anclado en nuestro días, que habla sobre la justicia poética de encontrar los lugares donde fueron enterrados muchos negros abatidos por el odio del hombre blanco opresor cuyo punto final es un curioso collage de imágenes, auténtico maridaje visual al ritmo de música de jazz que pone el punto y final a una pieza rara, extraña, inusual, que hace un empeño e hincapié por ir a contracorriente para hablar del lacerante racismo.,
Reseña de Jose Manuel León Meliá
Nickel Boys (2024) | |
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Rating: 7.6/10 (376 votes) Director: RaMell Ross Writer: RaMell Ross, Joslyn Barnes, Colson Whitehead Stars: Ethan Herisse, Brandon Wilson, Aunjanue Ellis-Taylor Runtime: 140 min Rated: PG-13 Genre: Drama Released: 03 Jan 2025 |
Plot: Based on the Pulitzer Prize winning novel by Colson Whitehead, Nickel Boys chronicles the powerful friendship between two young African American men navigating the harrowing trials of reform school together in Florida. |
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