No he terminado de conectar con la película italiana ‘La Califa’ (1970), escrita y dirigida por Alberto Bevilacqua. La pieza contiene una serie de elementos artísticos y temáticos que me interesaban de entrada. Entre los primeros, la belleza insuperable y el tono (gesto) sufriente de la actriz Romy Schneider, en un papel de mujer aguerrida al principio conservadora en la recta final. A su lado, un apreciable Ugo Tonazzi en el rol de dueño de una empresa cuya fábrica atraviesa conflictos laborales. En el apartado musical, tenemos la partitura del gran Ennio Morricone, creador, para este largometraje, de una melodía francamente entonada y bella; de las más recordadas de su extensa obra. Por el lado temático/argumental, situaciones tumultuosas en torno al problema de los trabajadores en su justa reivindicación de mejoras en el desempeño de sus funciones y un clima de consorcio industrial turbio e indecente cercano a las maniobras de la mafia.
Sin embargo, pese a su premisa, que gira en torno a una mujer rabiosa y enfurecida, apodada La Califa (Romy Schneider), que pierde a su marido en una carga policial durante una huelga de trabajadores en la empresa en la que trabajaba, y el deseo de venganza de la viuda para castigar al responsable de la pérdida, el conjunto de la historia no me ha funcionado.
Incluso diría que el guion y el desarrollo de este se me antoja confuso. La película, muy italiana en su época, con un poso de amargura, infelicidad, inseguridad y exaltado clima político/social, me resulta, comparada con otros títulos de los revoltosos años 70, de carácter ambiguo. No he terminado de asentarme en un relato de tipo inconformista y antisistema en su andadura, con aires de denuncia en plan alegato en contra de la explotación laboral y los facinerosos tejemanejes del tejido empresarial, por carecer, a mi juicio, de una idea troncal clara y evidente.
Irene, La Califa, despampanante, sexy, sensual y deseable Schneider, en un rol de tremenda fuerza dramática y emotiva, provista de un carácter desafiante y de persuasiva tenacidad, parece tener en los primeros compases una actitud revolucionaria y de firme compromiso proletario que se transforma, con el correr de la acción, en una chica enamoradiza y sensible que se enamora de su jefe, Doberdó (Ugo Tonazzi).
En esa línea, un furibundo ataque al capitalismo, Doberdó, domeñado por la irresistible belleza de Irene, con la que se acuesta, depone su posición de autoridad y trata de tender un puente entre la parte empresarial y el lado obrero. No en balde, su origen es humilde y creció, junto a su padre, que todavía vive, en una casa agrícola en la periferia de la ciudad. La mutación de Doberdó, que ha visto como un colega del gremio se ha suicidado al quebrar su empresa y echar a la calle a 600 trabajadores, pretende conciliar un régimen opaco, con muchos intereses creados, que no es del agrado de los empresarios y su aventura moral, teñida de romanticismo, culmina taponada por el poder.
En cualquier caso, visionar ‘La Califa’, quedar sublimado por la presencia del juguete roto que fue Romy Schneider y escuchar la balada de Morricone, más todo el perfil de denuncia que arrastra la película, pese a la indeterminación de estilo, ha sido una labor de 90 minutos que ha valido la pena.
Reseña de José Manuel León Meliá
Lady Caliph (1970) | |
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Rating: 5.8/10 (430 votes) Director: Alberto Bevilacqua Writer: Alberto Bevilacqua Stars: Ugo Tognazzi, Romy Schneider, Marina Berti Runtime: 96 min Rated: N/A Genre: Drama Released: 01 Jan 1971 |
Plot: As strikes upset Italy, the Califfa's husband is killed and she becomes a passionate militant of the strikers. She opposes the factory manager Doverdo who used to be himself a worker. |
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