First Man (2018 El primer hombre. Damien Chazelle) Festival de cine de San Sebastián 2018

Después de las brillantes ‘Whiplash’ (2014) y ‘La La Land’ (2016), Damien Chazelle firma este biopic, técnicamente irreprochable y perfectamente documentado que se traduce en 140 minutos de metraje, algo excesivos. Al parecer, la pasión que ha despertado en sus artífices esta figura y su hazaña, partiendo del libro homónimo de James R. Hansen, les ha llevado a querer ser tan minuciosos en la recreación de las secuencias aeronáuticas que en varias ocasiones se alarga innecesariamente en detalles prescindibles.

En 1961 Neil Armstrong es un reputado ingeniero y piloto que realiza arriesgadas pruebas en el prototipo de un avión de alta velocidad. Felizmente casado, sufre un terrible revés cuando a su hija de dos años fallece tras una larga enfermedad. Poco tiempo más tarde ingresa en el programa espacial de la NASA, cuyo objetivo es llegar a la Luna.

Tiene un arranque muy notable, centrado en describir al protagonista tanto en su faceta profesional como personal, dando el peso que merece a su esposa y subrayando la dramática circunstancia que marcó las vidas de ambos. A ello suma la escenificación de los ejercicios a que se sometieron un grupo de elegidos para la gloria; sin embargo en esa parcela se termina percibiendo una extensión en la narración de ciertos episodios de limitado interés si se piensa en el gran público. Tampoco ayuda el carácter reservado del personaje, cuyo ánimo también se vio afectado por los accidentes de otros compañeros. Finalmente, alza el vuelo conforme se van ultimando los preparativos para el despegue del Apolo 11.

Las imágenes destilan las excelencias de una buena dirección: los movimientos de cámara son precisos y no le importa abusar de los primeros planos con la intención de acercarnos las inquietudes y tensiones de los astronautas. Los efectos visuales y una excepcional fotografía permiten reproducir impecablemente lo que sucedió en aquellos días. De fondo, la banda sonora de Justin Hurwitz acompaña la aventura, incluso en algunos pasajes adquiere el ritmo propio de un vals, como queriendo homenajear a ‘2001: Una odisea del espacio’ (1968).

Ryan Gosling cumple correctamente, aunque le veamos menos enérgico que en anteriores películas, seguramente fruto del estudio en profundidad de la personalidad que interpreta. Se luce en mayor medida Claire Foy, cuyos registros son de marcada elocuencia emotiva e ilustrativos de su padecimiento contenido. Alrededor de ellos destacan Jason Clarke, Patrick Fugit, Kyle Chandler y Pablo Schreiber, este último encarnando a Jim Lowell, que comandaría el Apolo 13.