Muchos admiradores del cineasta norteamericano Stanley Kubrick saben de sobra que en los comienzos creativos del realizador de NY tuvo un inseparable amigo y socio de nombre James B. Harris. Participó como productor, entre otras piezas, en ‘Atraco perfecto’, una de las obras más reconocidas de Kubrick. Luego tuvieron diferencias y decidieron separar sus destinos. El rumbo que tomó la trayectoria de Kubrick no hace falta anotarla.

Sin embargo, James B. Harris continuó ejerciendo labores varias en el ámbito del cine y en 1965 realizó su ópera prima, ‘The Bedford incident’, con guion de James Poe inspirado en una novela de Mark Rascovich. Aquí en España se la conoce como ‘Estado de Alarma’ y su historia de ficción gira en torno a la Guerra Fría y al miedo a una guerra nuclear. Por lo tanto, el epicentro de su tema está vinculado, aunque con un tono completamente diferente, a una de las obras más célebres, corrosivas e incisivas de Stanley Kubrick, ‘¿Teléfono rojo? Volamos hacia Moscú’ (1964). El acento satírico, demoledor, socarrón, de comedia negra y farsa sobre el peligro nuclear dibujado por el responsable de ‘Barry Lyndon’ fue un tratamiento sumamente eficaz para clamar sobre la inestabilidad mundial en el apartado ideológico como la bochornosa incompetencia de oficiales de alto rango con tendencias fascistas para apretar el botón rojo de misiles con cabezas nucleares de forma insensata e inconsciente.

El enfoque de James B. Harris está mucho más cerca en términos de planteamiento de la obra maestra de Sidney Lumet ‘Punto límite’, también de 1964. Eran tiempos revueltos, peliagudos, con la amenaza de armarse una de las gordas si cualquiera de las dos potencias mundiales, Estados Unidos y Rusia, no actuaban de manera prudente en la carrera armamentista. Su equilibrio dependía, como se ve en la ficción cinematográfica, que ningún lunático y apasionado por las guerras le diera por poner en el aire misiles de largo alcance.

La paranoia de la posibilidad de un ataque comunista, la amenaza del terror rojo y los entresijos a nivel de espionaje que fomentó la guerra fría propició la producción de una serie de títulos que veían la situación de intranquilidad y temor como un elemento de ficción para incorporar a la gran pantalla. ‘The Bedford incident’ sondea esa tramoya dramática desde el factor del reaccionarismo más esquizofrénico para poner el estado de alarma en lo más alto de las probabilidades.

El título de la película se refiere al navío de guerra USS Bedford que surca aguas cercanas a Groenlandia. Tiene la misión ordenada por la OTAN de estar vigilante y estar pendiente de los movimientos de los submarinos rusos. A este barco llegan dos pasajeros. El fotoperiodista Ben Munceford (Sidney Poitier) dispuesto a escribir un reportaje sobre las maniobras del buque y un doctor en la reserva de la marina que se ha incorporado al ejército de nuevo que interpreta Martin Balsam. El destructor está gobernado con mano firme, autoritaria, casi despótica, por el capitán Eric Finlander (Richard Widmark). Entre los secundarios cabe destacar una breve aparición de un joven Donald Sutherland haciendo funciones de ayudante de los servicios médicos y científicos del barco.

En este drama filmado en blanco y negro, cuya acción se localiza en varias dependencias del buque, establece desde el principio, una correosa tensión provocada por los dos principales personajes del conflicto. Por una parte, un periodista curioso, entrometido, preguntón, que pronto comienza a testar que el responsable del mando del barco es un tipo duro, anticomunista que busca incesantemente una excusa, por leve que sea, para disparar sus misiles. Enfrente tiene a un capitán que no alcanzó el rango de almirante por una operación relacionada con Cuba en la que se mostró contrario a las órdenes de sus superiores y que ahora, al mando del Bedford, tiene la tarea de servir de soporte a las maniobras de la OTAN en la zona y repeler con la fuerza cualquier agresión contra los EE.UU. Presume que su destructor puede casar más daños en diez minutos que toda la Armada de los Estados Unidos.

El fotoperiodista representa la conciencia progresista y constata, no sin repulsa y evidente rechazo, la temeridad para la comandancia de la OTAN tener al frente de un barco súper poderoso, cargado de una balística muy destructiva a un capitán represaliado por argumentar una actuación más violenta contra Cuba incapaz de contener su impulso más beligerante contra un rival que a poco que asome la patita le lanza todo lo que tiene. El reportero es testigo, toma nota de las graves conversaciones del capitán a escondidas para denunciar que el mundo se puede ir al carajo por culpa de fanáticos recalcitrantes propensos al combate por muy leve que sea la excusa.

El capitán Eric Finlander es un seco, árido, bravucón, pendenciero y reaccionario mezquino que con la autoridad que le confiere el Alto Mando de la Marina navega por aguas internacionales, lo mismo que el submarino ruso al que acecha y pisa los talones, provocando con una actitud belicosa para que el enemigo que él se ha buscado le dé el mínimo pretexto para atacar. Un ataque que conlleva, por supuesto, la consiguiente y dramática réplica.

Dos hombres antagonistas que representan valores y principios enfrentados. Mientras el informador es cierta voz del pueblo contraria a un nuevo conflicto bélico de gravedad máxima, el militar, jactancioso al afirmar que es un patriota a la antigua, resulta tan poderoso y sátrapa que una frase suya malinterpretada por un subordinado desencadena un holocausto.

Desconocía el impacto y la fortaleza de ‘The Bedford incident’. No había visto este primer trabajo de James B. Harris sobre la paranoia de agresión comunista (una de las primeras escenas es brutal porque los médicos a bordo del Bedford se dedican a analizar los restos de comida que lanza un barco ruso para conocer qué tipo de comida ingieren los marinos del submarino) en línea de las piezas arriba mencionadas que gesticula sobre el pánico que supone tener militares con un elevado grado de ira y rabia (e inconsciencia) cerca de los botones que sueltan los petardos.

Reseña de Jose Manuel León Meliá

 

 

 

The Bedford Incident (1965)
The Bedford Incident poster Rating: 7.3/10 (6,022 votes)
Director: James B. Harris
Writer: Mark Rascovich, James Poe
Stars: Richard Widmark, Sidney Poitier, James MacArthur
Runtime: 102 min
Rated: Approved
Genre: Drama, Thriller
Released: 12 Nov 1965
Plot: An American destroyer Captain is determined to confront a Soviet submarine caught violating territorial waters. Perhaps too determined.
Calificación: