Cuatro adolescentes (Corinne Foxx, Sistine Stallone, Sophie Nélisse y Brianne Tju) van a bucear explorando una ciudad maya sumergida en unos cenotes y túneles. Una vez dentro, su emoción se convierte en una pesadilla de terror al descubrir que las ruinas hundidas son un coto de caza para los tiburones blancos. Con su suministro de aire disminuyendo, las amigas deberán sobrevivir como sea dentro de un laberinto submarino de cuevas  y túneles misteriosos en busca de una salida.

Bajo el agua nadie puede oír tus gritos

El director y guionista Johannes Roberts regresa después del sorprendente éxito de su «47 Metros» en 2017, la cual costo solo 5 millones de dolares y ganó 62 millones, esta vez cuenta con un presupuesto mayor y con nuevas protagonistas, situando la acción en los cenotes mejicanos de la ribera Maya.

En este tipo de films tienes que dejar la lógica y el razonamiento en la entrada del cine y sumergirte con las protagonistas sin cuestionarte sus actos, dejándote llevar por la acción y las situaciones angustiosas para intentar sobrevivir.

Las cuatro chicas lo pasaran muy mal en las grutas submarinas

Con una trama sencilla seguimos a las hermanastras Mia (Sophie Nelisse) y Sasha (Corinne Foxx), quienes bucean en una cueva submarina con sus amigas Alexa (Brianne Tju) y Nicole (Sistine Stallone) para encontrar las ruinas de una antigua ciudad maya. Pero todo se convierte rápidamente en horror cuando se enfrentan a unos tiburones ciegos que han evolucionado con otros sentidos para compensar su falta de visión y con un instinto para matar todo lo que encuentran.

Contiene diálogos ñoños, momentos extremadamente exagerados, agujeros de trama ridículos con resultados un poco absurdos pero tampoco intenta ser nada mas que eso. Por lo que termina siendo algo divertido y entretenido. Una clásica película veraniega que se deja disfrutar.

Los efectos digitales de los tiburones se dejan ver para ser una producción modesta

 

 

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