No solo considero ‘Un tal La Rocca’ (1961) una de las mejores películas de su director, Jean Becker, sino uno de los trabajos que mejor definen la agitada y heterogénea tonalidad de su principal autor, el novelista José Giovanni, que también se encarga de la escritura del guion. En este filme, drama criminal sobre el mundo del hampa y una sutil reflexión acerca de la amistad y su compromiso con ella, pivotan algunos temas muy referenciados a la agitada y briosa vida de Giovanni. Aunque el factor que repercute con mayor intensidad y sondeo tanto en sus novelas, de cariz autobiográfico, y su excelente filmografía, orbita alrededor de la honestidad intachable y el riesgo de la traición.
Mientras la honestidad, la honradez, el cumplimiento de la palabra y la fe en el solidaridad en cualquier frente, forjar relaciones de total confianza son los motores de un estilo de vida que jamás deben ser violados o comprometidos, la delación, la felonía, el engaño y la ingratitud son pecados capitales del ser humano que no comulgan con el ideario de José Giovanni, un hombre que estuvo a las puertas de la muerte, condenado a la pena capital, que salvó la vida y luego llevó una trayectoria rica en acontecimientos.
‘Un tal La Rocca’, ahora remasterizada y con una calidad de imagen soberbia, es un relato hermoso, romántico y desesperado sobre una profunda decepción. La frustración y el deshonor por la elección de malas decisiones que arruinan el plan de cambiar de modelo de vida no es asunto que agrade mucho a José Giovanni. Cuando pretendes huir del pasado, dejar las experiencias delictivas atrás, después de purgar en la cárcel acelerando la salida entre rejas acometiendo trabajos de enorme peligrosidad, malogrando, sobre todo, una amistad, es una cuestión catártica y necesitada de exorcismo por parte del gran olvidado José Giovanni.
Jean Paul Belmondo, iniciando su camino a la cresta de la ola de popularidad y como uno de los actores franceses, junto a Delon, Gabin y Ventura, entre otros, que definieron el drama criminal y el polar francés, da vida a un singular delincuente, a Roberto La Rocca. Un tipo escuchimizado pero de una valentía y arrojo intachable que sale de su retiro para vengarse del mafioso que ha conducido a su gran amigo, Xavier (Pierre Vaneck), a la cárcel. Roberto llega a Marsella, localiza al ruin y canalla hampón, Vilanova, lo liquida y se queda con el negocio de juego ilegal y clandestino. Una mujer le entretiene y la convierte en su amante, Mod (Béatrice Altariba) mientras visita regularmente a la hermana de Xavier, Genevieve (Christine Kaufmann). Los riesgos de su nuevo trabajo, en constante alerta y evitando caer en las garras de bandas rivales, le lleva a intervenir en un tiroteo, entra la policía y es condenado a prisión. Aquí coincide con Xavier y juntos planean salir e intentar labrarse otro tipo de porvenir.
‘Un tal La Rocca’ se desarrolla en varias localizaciones. Todas ellas perfectamente descritas y ambientadas. El lado retratista de Jean Becker reluce, a pesar de tratarse de una de sus primeras películas. Las calles de Marsella, los tugurios de juego, los moteles cochambrosos y la gente que se mueve por esos ambientes están captados con austera pulcritud y perfectos detalles. Lo mismo que la prisión, sus celdas, talleres, patios de paseo y los calabozos de castigo.
Pero sin duda la pieza alcanza su nivel de dramatismo más alto es cuando Roberto y Xavier se prestan voluntarios, para acortar su estancia entre rejas, como localizadores de minas en una zona de la costa francesa. Los prisioneros se encargan, con los nervios exaltados y las manos atenazadas por el pánico, de desenterrar los artefactos para que los desactivadores terminen su función. Unas veces se logra el encargo, otras un mal movimiento o un despiste te hace reventar por dentro o perder un brazo.
Esta larga secuencia, de intensidad y miedo, con imágenes explícitas del riesgo de la acción, contemplan una forma de ser indómita, un carácter audaz y temerario por el que siempre abogó José Giovanni, lúcido en el guion.
Instantes terribles y angustiosos que dan pie a la libertad y a un intento de modificar la forma de estar en la sociedad. Roberto y Xavier, ayudados por Genivieve, quieren convertirse en granjeros y olvidar el tiempo de atrás. Sin embargo, de alguna manera imperceptible, el pasado regresa y una mala actitud condena las buenas intenciones a algo pasajero e inalcanzable.
Para José Giovanni no hay nada más feo, inadmisible e insoportable que la traición. Y cuando esta llega, un tipo carismático y curtido como Roberto La Rocca, no escatima en emociones a la contra y prefiere romper el estrecho lazo antes que expiar la metedura de pata de su amigo.
Me ha vuelto a gustar de nuevo ‘Un tal La Rocca’ y es posibles que su limpieza de imagen y sonido me ha conducido a que su revisión haya sido un lujo de auténtico placer. Obra maestra.
Reseña de José Manuel León Meliá
Man Called Rocca (1961) | |
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Rating: 6.4/10 (589 votes) Director: Jean Becker Writer: Jean Becker, José Giovanni Stars: Jean-Paul Belmondo, Christine Kaufmann, Béatrice Altariba Runtime: 102 min Rated: N/A Genre: Crime, Drama Released: 17 Nov 1961 |
Plot: (1961) Jean Paul Belmondo, Christine Kaufman. In this fine thriller, JP's friend ends up in prison. JP then tracks down the man responsible. |
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