Retomando el estilo narrativo de Carmen y Lola (2018), Arantxa Echevarría dirige esta tierna historia en la que se impone la chispeante e ingenua mirada infantil. Su indiscutible mérito radica en aproximarnos a una realidad social cercana, compleja y desconocida. Consigue un retrato asumible y honesto; no obstante, peca de ambiciosa en esa amplia panorámica que nos quiere mostrar, lo cual provoca cierta dispersión. Con todo, mantiene el interés hasta el cierre, que seguramente dejará a los ...