La primera secuela de Avatar (hay otras tres previstas) es ante todo un espectáculo visual que se disfruta plenamente en formato 3D. El virtuosismo técnico que exhibe supera a la anterior y la extensión del metraje (192 minutos) queda compensada por su capacidad para fascinar al público. Por lo demás, nos encontramos con una historia básica, cuyo presupuesto argumental se inspira en las películas del Oeste y que, recurriendo a la fantasía, introduce unos apreciables mensajes sobre ...