Vaya por delante que las películas que se sostienen con el humor grueso o escatológico no me gustan, no son lo mío, pero ironías de la vida me he encontrado con una película que se sustenta en gran parte de su metraje con estas premisas y sin embargo me ha parecido una pequeña genialidad, su nombre, ‘Swiss Army Man’. Tenemos aquí una película de corte independiente de los directores Dan Kwan y Daniel Scheinert de esas que sólo se pueden disfrutar en festivales de cine y que quizás con algo de suerte salgan a venta directa con algún título random.
Y es que este tipo de propuestas difícilmente tendrán un gran estreno en las salas comerciales de hoy día (que buscan y exigen otro tipo de target y público concreto, mucho más genérico), una verdadera lástima porque personalmente pienso que posee una gran calidad. Está protagonizada por Paul Dano (Hank) y Daniel Radcliffe (Manny) también tiene un pequeño pero importante papel Mary Elizabeth Winstead (como Sarah), ambos están realmente cojonudos en sus papeles (además Radcliffe crea uno de los mejores cadáveres jamás visto en el cine, qué bien se hace el muerto el cabronazo).
La película podríamos meterla dentro del sub-género de ‘películas de náufragos’ o de ‘supervivencia’, tenemos así a un náufrago interpretando por Paul Dano que cuando está a punto de suicidarse se encuentra en la orilla a un cadáver interpretado por Daniel Radcliffe, un cadáver con quien comenzará a tener una extraña e intensa relación de amistad (a lo Tom Hanks con su balón Wilson pero multiplicado por mil) y que dará para unas situaciones de lo más surrealistas y escatológicas que os podáis imaginar, ¿quién dijo que un cadáver no era útil? el humor campa a sus anchas en este tipo de momentos, un humor muy brusco y soez pero muy bien integrado en la trama y la necesidad de los personajes que les dan vida, así Dano y Radcliffe tendrán conversaciones reflexivas sobre la vida, sobre nuestro comportamiento en la sociedad, lo que realmente nos hace ser nosotros mismos y si vale la pena.
Dichos momentos suponen lo más interesante del film y nos hacen identificarnos con estos dos seres de lo más extraño, no están metidos de forma baladi, ni son excesivamente relamidos, son preguntas y respuestas, los típicos pensamientos que tenemos todos con nuestro mejor amigo en una noche tras unas copichuelas.
El desarrollo se sustenta así con una curiosa y bien realizada mezcla entre el humor más escatológico y negro con pequeños tintes de drama (esto último más en el subtexto que en lo que realmente nos presentan a nivel visual), pero al contrario que en otras películas donde se quedan en ello sólo para hacer el chiste fácil y arrancar la sonrisa de rigor aquí tiene su sentido y coherencia dentro de su propia trama, el recurso escatológico tiene su razón de ser, la película además tiene un ritmo cojonudo, es muy divertida y nos deja escenas para el recuerdo, los diálogos entre ambos protagonistas son una maravilla, llenos de segundas lecturas usando a veces para ello palabras y pensamientos políticamente incorrectos (todos de la mano del personaje de Radcliffe) y que suponen una crítica sobre nosotros mismos muy mordaz.
Todo ello arropado con una buena banda sonora de corte indie que le encaja como un guante a las escenas y situaciones que van sucediendo ante nuestros ojos.
No es una película fácil, ni es una película para todo el mundo, pero seguro que habrá gente que sepa apreciarla y posiblemente incluso para un determinado sector se convierta en una de esas rarezas que acaban siendo de culto. Para un servidor sin duda una de las sorpresas del año, quizás por ponerle algún pero su escena final me sobra un poco, aunque bueno, entiendo que encaja dentro del contexto absurdo en el que se mueve el film constantemente.
Lo dicho, una película con humor surrealista, escatológico y negro pero con sentido dentro de lo que nos quiere ofrecer, a su vez nos regala dos buenas interpretaciones (la química entre Dano y Radcliffe es fantástica y sus diálogos son oro puro) y lo respalda un buen guión, una rareza de esas que se te quedan en la cabeza después de verla durante horas y días y que te hará preguntarte si has visto una mamarrachada absoluta o una genialidad, yo en mi caso soy de los de la segunda opinión, para mí es una joyita.
Cuanto menos sepáis de ella mejor será la experiencia, pero desde ya os digo que no os dejará indiferentes.
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