En cuanto mi radar detecta por la interminable globosfera cinéfila un thriller áspero y punzante realizado en las antípodas australianas, lo pillo y lo veo. El último ejercicio visionado lleva por título ‘Limbo’ (2023) y está escrito y dirigido por Iván Sen. De este cineasta austral he visto dos muestras de su peculiar cosmovisión referente al género policíaco. ‘Goldstone’ (2016) y ‘Mystery road’ (2013). En ambos largometrajes un policía/detective abandona su zona urbana para trasladarse a un paraje inhóspito y hostil a hacer averiguaciones sobre hechos del pasado que a la gente local no les gusta que se remueva.

En esta ocasión ocurre lo mismo. El inspector de policía Travis Hurley (Simon Baker) es enviado a un remoto paraje desértico en medio de la nada a tratar de atar cabos sobre la desaparición de una joven aborigen, Charlotte Hayes, que murió en extrañas circunstancias veinte años atrás. En la investigación inicial llevada a cabo por la policía autóctona no se llegó a ninguna conclusión y parece ser que por la redacción del informe tampoco se puso el afán y empeño para resolver lo que las evidencias apuntaban a un crimen más que un accidente.

En este sofocante y abrasivo relato criminal en el que atrapar nuevas pistas y detener al culpable es una excusa para abordar otros elementos colaterales a la trama e intriga principal, llama poderosamente la atención el perfil de Travis Harley. Personaje dibujado por el actor Simon Baker con lacónica y agreste personalidad. Ofreciendo una imagen de esos policías solitarios, ensimismados, dolidos por algo, descontentos que intentan llevar a cabo una misión de la manera más entregada y profesional posible. Su modelo de agente de la ley se completa con varios toques sorprendentes. Cuando viaja en su automóvil dirección a su destino lo vemos conduciendo y escuchando en la radio sermones religiosos proferidos por un profeta iluminado que se arrogan a la palabra del Señor y su divinidad. Un aspecto que habla de su fe. Si hay otra intención, no se aclara en la historia. Y otro factor que completa un temperamento atormentado y desengañado, casi nihilista, es su adicción a la cocaína. Lo primero que hace cuando le asignan una habitación excavada en una roca en el hotel donde ha hecho la reserva es meterse un chute efusivo para encarar la complicada tarea que le han encomendado.

Otro detalle impresionante, este de nivel artístico y atmosférico, es el empleo del formato panorámico y la expresionista utilización del blanco y negro, que encaja a la perfección, en una trama desesperanzada, agónica y tremendamente triste. Una película casi desopilante sobre el silencio del pasado que ahora habla en presente cuando alguien se toma la molestia de averiguar qué paso con la infortunada Charlotte. Evidentemente, se desprende, quizás antes que avance las pesquisas que extrae Travis, que en esa zona perdida e insignificante de Australia, todavía está muy latente el racismo hacia los aborígenes y que mejor no mover el avispero cuando el hombre blanco está de por medio.

En este formidable trabajo de Iván Sen, que a cierta crítica no ha gustado, la palabra limbo tiene varios significados. Por una parte, Limbo, se llama el Hotel en el que Travis Harley se hospeda. Y, por otra, se apunta a limbo como un sitio fronterizo, indefinido, donde recalan historias feas de antaño que se aconseja dejarlas como están para no abrir viejas heridas.

Travis Harley es un tipo consecuente, ceñido a una misión que va a completar sí o sí. Para ello comienza a frecuentar a los parientes de Charlotte, dos hermanos y sobrinos, configurando una situación desalentadora porque en un principio nadie les prestó la más mínima atención por ser negros, es decir, aborígenes. Emma y Charlie son los hermanos de Charlotte sin apenas relación y manteniendo un desafecto que los ha alejado. Una de las buenas causas que arrastra la investigación de Travis es que consigue que los dos hermanos vuelvan a establecer vínculos.

Travis Harley, de forma meticulosa, visitando a unos y a otros, escuchando cintas que contienen grabaciones de las declaraciones tomadas por la policía encargada del caso veinte años antes y manteniendo un cariño especial hacia Emma (Natasha Wanganeen), obtiene sus conclusiones que dan fe de un hecho delictivo grosero e infame cuya resolución queda expuesta en una de las buenas ideas de guion que tiene este vibrante y apasionante thriller rústico y rural.

Limbo’ es un trabajo llena de estética e inconmensurable en su registro expresivo con un coqueteo más evidente con el western. Las localizaciones naturales, una tierra árida y penetrante, las cuevas donde viven algunos personajes, la sensación de desolación y abandono, y el hecho de una comunidad como la aborigen siempre acechada por el desprecio del hombre blanco.

Película deprimente, tórrida, decadente, de una excepcional fotografía y una maravillosa utilización de los agrestes espacios naturales. Una cinta habla de turbiedades morales a las que perfectamente Travis hubiese aplicado su personal ajuste de cuentas pero toma conciencia de su labor, hace algunos amigos, detecta la soledad y aislamiento de la gente que aprecia y abandona la zona llevándose la solución al enigma pero dejando allí a un puñado seres a la intemperie y con un porvenir tan roto como el que tenían al principio.

Reseña de Jose Manuel León Meliá

 

Limbo (2023)
Limbo poster Rating: 6.1/10 (1,434 votes)
Director: Ivan Sen
Writer: Ivan Sen
Stars: Simon Baker, Rob Collins, Natasha Wanganeen
Runtime: 108 min
Rated: N/A
Genre: Crime, Drama, Mystery
Released: 18 May 2023
Plot: 'Limbo' follows the investigation of a twenty year-old outback cold case murder by jaded detective Travis Hurley.
Calificación: