Una de las últimas películas visionadas que me ha gustado a rabiar es la producción francesa ‘La voie royale’ (2023), de Frédéric Mermoud. Una inteligente y sutil mirada, no exenta de ironía y cierta mordacidad muy agresiva, a la juventud sobradamente preparada en la Europa actual vista a través de los ojos de Sophie (Suzanne Jovannet), una joven que ayuda en la granja familiar a la vez que estudia gracias a un don muy desarrollado para las matemáticas. La película se presentó en el festival de cine de Locarno; un certamen especializado en piezas difíciles, severas, rigurosas y experimentales.

Es muy fácil empatizar, enamorarte y sentirte cerca de Sophie. Bien por su belleza y encanto como por su talante, carácter y tenacidad. Pringa sin caérsele los anillos de los dedos en las faenas de la empresa familiar y se encarga, gracias a su inteligencia en el mundo de los números, a resolver todos los requisitos que la comisión europea de agricultura exige al gremio que posee explotaciones agrícolas y ganaderas. En este sentido, la visión y el alcance de la historia tiene una actualidad muy coyuntural. En ella vemos a Sophie rellenando los cuestionarios exigidos por la comunidad económica europea en materia de agricultura gracias a sus dotes para las matemáticas como su destreza como usuario con los programas informáticos. Una familia, por cierto, que atraviesa una pequeña crisis económica y necesitan como el comer las subvenciones prometidas por Bruselas. La situación agónica en algunos casos deriva en manifestaciones, con los tractores colapsando carreteras y los agricultores protestando en lugares estratégicos para hacer valer sus reivindicaciones. Su grito de protesta es general pero insisten que el mayor problemas y asunto grave radica en la gran distribución entre los super mercados que sobredimensionan los precios de compra.

Este es el trasfondo social y económico que funciona como un contexto bien introducido y que coopera, y bastante, en el relato. El tema principal del argumento es la aceptación de una joven con una capacidad para el estudio de cuál es su verdadero sitio en el tránsito del aprendizaje. En el instituto de la ciudad a la que asiste a clase es una alumna privilegiada que obtiene unas notas muy altas. Por mediación y consejo de su profesor de matemáticas que ve en ella una estudiante muy capacitada y que el entorno rural se le queda pequeño, la anima a matricularse en el muy exigente y clasista Lyceo Descartes. Un centro excepcional al que acuden las mentes mejor amuebladas y de sus aulas y metodología de estudios salen los hombres y mujeres más dotados para llevar las riendas de las altas esferas de la sociedad francesa. Si los alumnos están ahí es porque son brillantes y aspiran a una educación excepcional, por calidad y densidad. A este ambiente elitista y pijo llega con toda la inocencia y la mejor voluntad Sophie, que deja atrás a sus padres y hermano trabajando a destajo en la granja.

Para Sophie, el Lyceo Descartes va a ser todo un reto. Entra con el mejor ánimo y la tenacidad más determinante. Pero poco a poco se va a dar cuenta de varios factores que la van a incomodar y perturbar bastante. Primero, el grado de exigencia es muy alto. Los controles de conocimiento muy elevados. La competencia entre alumnos cruel e inclemente. Segundo, el nivel social de sus compañero, salvo honrosas excepciones, es una pasada. El poder adquisitivo de las familias de sus compis es un atropello porque están en la élite. De hecho, un amigo le invita a su casa, una mansión imponente, los padres del joven, unos petimetres orgullosos y pomposos, consideran a los agricultores los jardineros de hoy.

El ambiente presumido de los alumnos, el esfuerzo sobrehumano que tiene que hacer, la gran capacidad cognitiva de sus compañeros la lleva a entrar en una especie de crisis de autoestima que la lleva a recapacitar sobre su lugar en el mundo. ¿Qué es lo que buscaba desde un principio? No era precisamente cursar estudios en tan prestigioso centro. Su preferencia iba más encaminada al Politécnico, es decir, la universidad pública, espacio de igualdad y equidad.

Sophie, que cae bien desde el comienzo, te gusta mucho más y te solidarizas con ella en el tramo final. La joven sabe cuáles son sus aptitudes y el alcance de su mente. Es inteligente y sabe dar un giro a su vida y a sus estudios. Para ello, para solventar la tormenta, no hay nada como la familia, procesar el disgusto, trabajar con tus padres y hermano y, luego, dirigirte al sitio con el que siempre habías soñado para desplegar todo el talento.

‘La voie royal’ me ha gustado bastante. Me ha parecido un trabajo auténtico, hermoso, vibrante, lleno de apuntes actuales y con un personaje, Sophie, maravilloso y enorme. Suzanne Jovannet, está espléndida como esa chica de hoy en día que busca su sitio en el mundo. Se da cuenta que la humildad, el esfuerzo y la dignidad de provenir de la clase obrera del campo no es sinónimo de descrédito. En el tercer acto su rol actúa como un verso libre. Se postula para cambiar el mundo con franqueza y sencillez sin tener el lucro como bandera.

Es una lástima que títulos como este no encuentren distribución en España. Qué buen papel haría su discurso en los institutos para poner en valor la modestia y saber cuáles son las posibilidades de cada uno y dónde pueden encajar sin querer ir más allá de las posibilidades de cada cual.

Reseña de Jose Manuel León Meliá

 

La voie royale (2023)
La voie royale poster Rating: 6.6/10 (298 votes)
Director: Frédéric Mermoud
Writer: Anton Likiernik, Salvatore Lista, Frédéric Mermoud
Stars: Suzanne Jouannet, Marie Colomb, Maud Wyler
Runtime: 107 min
Rated: N/A
Genre: Drama
Released: 09 Aug 2023
Plot: Sophie excels at academics. She leaves the family farm to attend a scientific prep class, but when faced with new challenges, she discovers that her desire of attending the Polytechnique is a genuine struggle of social ascent.
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