Esta película sí que ha sido una gran sorpresa. Me ha maravillado por su osadía y falta de prejuicios para acometer un tema tan controvertido y polémico como es el sexo en tiempos todavía poco explícitos y en un territorio condenado al escándalo. Y más audaz todavía planteado desde el punto de vista de una joven con ansias de aventura y ganas de escapar del aburrido y monótono contexto en el que se ha metido.

La pieza en cuestión se titula ‘The girl on a motorcycle’ (1968), de Jack Cardiff. La traducción es fácil ‘La chica de la motocicleta’ y cuenta la historia de una chica, Rebecca (Marianne Faithfull) que una buena mañana se levanta completamente desnuda de la cama que comparte con su marido, Raymond (Roger Mutton), se asoma a la ventana y tras observar el tono grisáceo del despuntar del día y asociarlo a la grisura de su existencia decide cambiar el sino de su vida. Se enfunda en un traje para circular a gran velocidad pilotando una moto, baja al garaje en silencio, arrastra la Harley Davidson sin hacer ruido para no despertar al esposo, se monta en la máquina, la arranca y se lanza a la carretera en busca de emociones y un cambio de rumbo.

Los títulos de crédito se superponen sobre una carretera en la que un vehículo va a toda marcha. El preámbulo es cañero y tiene gas. A continuación, vemos a Rebecca, muy guapa y sexy, y escuchamos su voz over. En el montaje se incluyen escenas oníricas, elementos visuales que recurren al metalenguaje para dar la sensación de un mundo interior intrépido y transgresor. En el sueño, que es muy catártico, se nos presenta a Raymond tocando el violonchelo, ofreciendo una imagen plana y conservadora. A la vez, en un ambiente circense, el maestro de ceremonias (Alain Delon), látigo en mano, golpea y desgarra la ropa de Rebecca que a lomos de una moto da vueltas alrededor del escenario. Todos estos flases ensoñadores son libidinosos y repercuten en la insatisfacción sexual. Idea que más adelante y aplicando otros recursos simbólicos y metafóricos se harán todavía más evidentes. Cuya elocuencia se atisba desde los primeros compases, con la presencia de Daniel (Delon) conduciendo una poderosa y veloz moto que altera y entusiasma el estado de ánimo del personaje femenino.

Rebecca justifica su huida diciendo en off «de todos modos me hubiese marchado». Y continúa diciendo que «la rebelión es lo único que te mantiene vivo». La voz narrativa interior habla al mismo tiempo que las imágenes que vemos son las de Raymond trabajando como maestro de escuela, teniendo una actitud pusilánime y siendo el hazmerreir de sus alumnos. Ante esta tesitura sin alma y vulgar, Rebecca agarra la moto y decide ir en busca de Daniel. Circula por una ruta rodeada de una espesa neblina y por localizaciones llenas de cementerios y cierto tono decadente. Ella no quiere vivir en un lugar sin emoción, con un esposo burlado y carente de riesgo. Pasa de morir lentamente en el sitio que le ha tocado vivir.

Rebecca imbuida de un temperamento yeyé, moderno, transgresor, libertario, cruza una línea prohibida y se entrega a conquistar una meta que no es otra que romper moldes y lanzarse al camino en busca de la satisfacción personal y sexual.

La imagen de Rebecca al mando del manillar de Harley Davidson, apretada en el entallado buzo de motorista tiene una pose atrevida y desafiante que dialoga, no sé si queriendo o por casualidad, con el fotograma icónico de Marlon Brandon con pose parecida en la película ‘Salvaje’ (1953), de Laszlo Benedek.

Jack Cardiff, influenciado por determinado cine posmoderno que se hacía en las islas británicas, no duda en acoplar a su texto fílmico un lenguaje pop, colorista, posmoderno, muy acorde con el afilado carácter de la protagonista.

La estructura muñida por Cardiff, en tramas de arco temporal presente y pasado, tiene interludios de flashbacks que se desarrollan en varias localizaciones de Suiza, permiten conocer el motivo de la obsesión romántica de Rebecca que no es otro que Daniel. Un Delon que exhibe su presencia de galán, de tipo arrollador con las mujeres, seductor pero con un encanto intelectual relacionado con los libros y lectura de filosofía. Ahí es nada.

En un flashback en concreto, Delon, acompañado de otros hombres, trazan disquisiciones y reflexiones acerca del amor, el amor libre, el matrimonio, las reglas sociales sobre la pareja, la lujuria y el deseo. Asuntos que le proporcionan al largometraje una dimensión para nada impostada y coherente con el relato del filme y una praxis de narratología más que destacada.

Pero los planos más eróticos tienen que ver con los gestos de Rebecca y su entrepierna rozando el sillín de la moto. Aquí la máquina es una extensión del alivio sexual, como si actuara como un pene, que diera sentido a la deseada libertad o liberación sexual de los jóvenes. Rebecca, en otro flashback, en una estación de esquí alpino y durante la noche sola en su cama, tiene un freudiano sueño sexual en el que se la ve encimada por un hombre que satisface el deseo del momento.

En líneas generales, ‘The girl on a motorcycle’ de Jack Cardiff me parece un título a descubrir. Me ha parecido un alegato a favor del sexo que si contextualizo el año de su rodaje me parece una actitud por parte del autor de ‘Último tren a Katanga’ muy abierta y transgresora. Merece mucho la pena dejarse llevar por esta historia, por este drama existencial reconfortante y atrevido realizado por quien fuese un gran director de fotografía. Tiene un Oscar por la recordada ‘Narciso negro’ y le puso la luz a títulos como ‘La reina de África’, entre otros muchos.

Reseña de Jose Manuel León Meliá

 

The Girl on a Motorcycle (1968)
The Girl on a Motorcycle poster Rating: 5.3/10 (2,615 votes)
Director: Jack Cardiff
Writer: André Pieyre de Mandiargues, Ronald Duncan, Jack Cardiff
Stars: Marianne Faithfull, Alain Delon, Roger Mutton
Runtime: 91 min
Rated: X
Genre: Drama, Romance
Released: 21 Jun 1968
Plot: A married woman leaves her husband and zooms off on her motorcycle to see her lover.
Calificación: