Hay que reconocerle las buenas intenciones a esta producción europea destinada a un público familiar, por lo que cobra relevancia en las fechas vacacionales en que nos encontramos. A pesar de los hermosos parajes por donde transcurre, la sencillez de la historia y los apartados técnicos arrojan como resultado una cinta con hechuras de telefilme vespertino, en cuyo loable mensaje reside básicamente su valor principal. La pequeña Mia deja Inglaterra y se marcha a Sudáfrica ...