Ang Lee (Comer, beber, amar, Sentido y sensibilidad, Tigre y dragón, Brokeback Mountain) firma un título impropio de un director de su currículo y lleva a la gran pantalla este infumable producto industrial. Su burdo argumento sirve de pretexto a una retahíla de secuencias de acción sostenidas por unos efectos digitales que cada vez nos sorprenden menos. Henry Brogan, el infalible sicario de una agencia estatal, está dispuesto a jubilarse tras cumplir con el último encargo: ...