Al cineasta y guionista británico Paul Greengrass le gusta mucho llevar a la pantalla historias dramáticas inspiradas en eventos reales. Un soporte que le proporciona hechos verídicos que los conduce para expresar la tensión y angustia de personajes sometidos a una situación de máxima intensidad, de total preocupación y de angustioso destino incierto. En ocasiones, el conocer de antemano el desenlace del argumento no es óbice para apreciar la construcción y el desarrollo del sobrecogedor ...