Por desgracia es mucho más espeluznante que cualquier película de terror. Provoca tan inconsolable congoja que no puede recomendarse abiertamente. Encoge el corazón durante los 89 minutos de metraje y lo remata con unas imágenes escalofriantes. Lleva a la pantalla un terrible suceso reciente de forma muy verosímil y ello multiplica sus efectos conmovedores. Al margen del contexto en que se sitúa, debe extrapolarse su denuncia a todos los conflictos indiscriminados con las víctimas inocentes ...

