Jaime Rosales (La soledad, Petra) da rienda suelta a su creatividad para convertir una historia de amor adolescente en un ejercicio poético y poliédrico. Utilizando unos recursos técnicos y narrativos peculiares, de eficacia desigual, consigue que nos interesemos por los protagonistas. No resulta difícil empatizar con ellos porque el filme habla de emociones universales e incluso introduce debates sugestivos. Ahora bien, el director juega con diferentes perspectivas de los hechos que cuenta sin ajustarse a lo convencional.
Gwen, cuya madre acaba de morir, está muy afectada por tan terrible pérdida. Algo cambia cuando llega a Morlaix (Bretaña) Jean-Luc, un joven parisino extrovertido y con vocación de artista. Aunque hace tiempo que sale con Thomas, le provoca curiosidad y una creciente atracción. No obstante, le cuesta romper con su actual pareja. El recién llegado pronto le declarará sus profundos sentimientos, poniéndola a prueba.
La calculada estructura del guion incluye puntos de inflexión desconcertantes. Los preámbulos presentan a los personajes principales con ligereza y frescura. Esbozan el triángulo en que se verán inmersos, pero también apuntan otros conflictos y dilemas. El visionado de una película rodada en la ciudad, que ha contado con su participación, aporta unos matices experimentales. Sin embargo, el cineasta catalán no los lleva a terrenos extravagantes. Se convierten en el pretexto que impulsa la trama, con implicaciones complejas.
Los chicos comparten sus pensamientos en torno a decisiones trascendentales. Confrontan sus distintos pareceres y refuerzan la idea de que no hay verdades absolutas. Conforme avanza el metraje, extiende esa lectura a percepciones individuales más íntimas sobre cuestiones vitales. Los minutos finales, que aproximan el relato al público adulto, deparan momentos conmovedores.
Alterna el color con el blanco y negro, igual que altera la relación de aspecto. Sin dudar del oficio que evidencia el realizador barcelonés, esas licencias responden a un código que el espectador puede intentar descifrar. El diseño de producción acierta con las localizaciones escogidas, ya sean naturales o históricas, como el majestuoso y céntrico viaducto del siglo XIX.
En el meritorio reparto figuran actores profesionales, la mayoría noveles, y amateurs. Ante las cámaras no se nota esa diferencia. El grupo que forman le insufla una apreciable naturalidad a cada secuencia. Sobresalen, en particular, Aminthe Audiard (Peter von Kant) y Samuel Kircher (El último verano).
Reseña de Eduardo Casanova
Morlaix (2025) | |
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Rating: N/A/10 (N/A votes) Director: Jaime Rosales Writer: Jaime Rosales Stars: Alex Brendemühl, Mélanie Thierry Runtime: N/A Rated: N/A Genre: Drama Released: 14 Mar 2025 |
Plot: N/A |
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