Kempton Bunton, un taxista de 60 años, roba el retrato de Goya del duque de Wellington.

Un reparto perfecto para esta película sencilla y conmovedora

La última película del recientemente fallecido Roger Michell (Nothing Hill, Mi prima Rachel) tenía previsto su estreno en cines para este mes, pero se ha optado por su estreno en plataformas (Movistar) narra la historia real de un hombre que fue a juicio por robar una valiosa pintura de Goya de la Galería Nacional de Londres.

Estamos en 1961, conoceremos a Kempton Bunton, un hombre de 60 años al cual no le duran mucho los empleos, luchador incansable de causas injustas, una de ellas fue de cobrar por tener televisión y ver la BBC, un impuesto que él se negó a pagar acabando en prisión por unos días. Un mañana, estando en Londres, no se le ocurrió otra cosa que robar el retrato del duque de Wellington, de Francisco de Goya de la National Gallery de Londres. Fue el primer (y sigue siendo el único) robo de la historia de la galería. Kempton envió notas de rescate diciendo que devolvería la pintura a condición de que el gobierno invirtiera más en el cuidado de los ancianos y que les diera la TV gratis.

Jim Broadbent, ganador de un Oscar al mejor actor secundario por «Iris», interpreta a este bribón y encantador anciano, que con mucho ingenio mantiene desconcertadas a las autoridades del país. Su esposa querida es nada más y nada menos que Helen Mirren, la cual trabaja en una casa limpiando y es mucho menos idealista que su marido. A pesar de tener un hijo, los dos sufren la perdida de una hija adolescente en un fatídico accidente.
Una película clásica británica con momentos tiernos y conmovedores, así como un ingenioso drama familiar con un curioso robo de por medio.
Ricar

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