Una de esas pequeñas sorpresas, de planteamiento minimalista, que de una forma desnuda, sencilla pero no simple, te cuenta una fábula sobre las oportunidades de la vida que llegan cuando menos te lo esperas. Esa es la sensación que extraigo de un emocional largometraje de Georgia titulado ‘Blackbird blackbird blackberry’ (2023), de Elene Naveriani.

Una película que ha pasado por los festivales de Cannes, en la sección Quincena de los Realizadores y el certamen de Gijón. Una historia conmovedora, que respira sensibilidad, no se queda atrás en criticar un modelo de vida ritualista y ceñido a los convenciones patriarcales, sobre una mujer que etiquetada como inservible para su función de mujer con marido e hijos encuentra a la edad de 48 años un giro hermoso pero inesperado en su existencia.

Etero (Eka Chavieishvili) es una mujer rústica, que vive en una aldea georgiana, regenta un pequeño colmado y podría decirse que es la única mujer de la zona que no ha conocido varón. Es virgen y calma su ansiedad con autotocamientos masturbatorios que le dicen la experiencia que se ha perdido si en vez de ser sus propias manos las que palpan sus pechos y vagina hubiesen sido las palmas de la mano de un hombre. Atribulada por la sensación de no haber disfrutado del sexo admite la situación y aguanta con un humor a veces hosco las bochornosas mofas que recibe de sus amigas. Un día conoce a un repartidor casado, Murman (Taniko Cichinadze), de productos para la tienda y logra entablar una relación con él.

Etero y Murman comienzan a verse furtivamente, lejos del alcance de las miradas de sus colegas, y mantiene relaciones sexuales que la transportan a elevar su autoestima y orgullo. Ni que decir tiene que todo el núcleo y la columna vertebral de este singular drama agridulce tiene como epicentro del argumento las aventuras y desventuras de Etero.

Etero es un personaje fascinante. Sombrío por un pasado detestable. Padre y hermano fueron muy severos con ella. El primero, ejerciendo su poder de patriarca cacique no permitió que ningún hombre se acercara a ella. El segundo se comportó con ella de manera insensible y estricta. Su físico es amenazador y poco femenino. Poco dada a sonreír y a mostrar simpatía por aquellos con los que se rodea. Sus amigas la chinchan constantemente y le restriegan por la cara que desconozca la fantasía y el arrebato que significa el contacto con un hombre vigoroso. Más aún. Se burlan porque jamás sabrá lo que se siente cuando se tiene un hijo y la maravilla total que es tener un bebé entre los brazos. Ante esta artillería de gestos hoscos y desbravados, Etero se muestra con desafecto y resquemor ante ellas.

Sin embargo, ella continúa viéndose con Murman y silencia su relación con su gente más cercana. Los encuentros se suceden prefiriendo lugares escondidos y apartados como la periferia. El sexo se produce cuando hay potencia en él y en una conversación con sus amigas escucha una información muy graciosa que la altera bastante. Oye que los hombres mayores de 50 años cuando quieren hacer travesuras con sus mujeres y no logran la erección adecuada para la penetración recurren a una pastilla de color azul llamada Viagra. Etero no sabe lo que es y pide más explicaciones y detalles. Una de ellas, poniendo la mano en los genitales, le dice que el viagra es para la polla, para que se ponga dura como una piedra. Esta novedad la preocupa y en la siguiente cita con Murman, que tiene lugar en un hotel, el hombre, con su miembro fálico mustio, decide tomar una ducha antes de acostarse con su amante. Mientras su amigo está bajo el agua Etero busca entre los bolsillos de la ropa de Murman para ver si encuentra alguna prueba de éste relacionada con la pastilla azul.

Este fragmento es de los pocos divertidos que contiene la película y aún así el sentido del humor y las maniobras visuales/expresivas para conformar una escena de humor picante queda diluida por un giro inesperado en el guion.

Giros que se seguirán sucediendo en el desarrollo de la historia que conducen a la película a un punto que Murman acepta un trabajo de camionero en Turquía y Etero descubre una pérdida de sangre por su vagina que la lleva a sospechar que tiene cáncer de útero.

El resto de la pieza se mueve, siempre con dulzura y encanto, en un territorio sorprendente que conlleva construir un personaje al que le sobrevienen circunstancias impensables. En este aspecto la película nunca pierde sus expectativas, incluso van a más, y se agradece, no sé si como homenaje o de forma casual, un tono seco al estilo Aki Kaurismäki, de un personaje empotrado entre decorados/paredes de colores vivos, con cambios fotográficos, que transmiten la sensación de agobio y esperanza. Elementos de la tramoya fílmica muy explotada por el cineasta finlandés.

Reseña de Jose Manuel león Meliá

Blackbird Blackbird Blackberry (2023)
Blackbird Blackbird Blackberry poster Rating: 7.1/10 (904 votes)
Director: Elene Naveriani
Writer: Nikoloz Mdivani, Tamta Melashvili, Elene Naveriani
Stars: Eka Chavleishvili, Temiko Chichinadze, Lia Abuladze
Runtime: 110 min
Rated: N/A
Genre: Drama
Released: 14 May 2024
Plot: Etero, 48, single in a Georgian village, encounters gossip. She unexpectedly falls for a man, caught between a relationship or independence. She navigates her emotions while grappling with societal norms, searching for happiness.
Calificación: