No termina ni empieza… solo cambia de forma

Carente de emoción y con una lentitud exasperante, discurre esta película producida por A24 abarcando la vida de una mujer desde su niñez hasta su vejez. Esta es la típica película que recibe críticas muy positivas, pero no destinada al público porque incita al aburrimiento por mucha lírica que pretenda.

El tema central del film es la memoria, con una narrativa experimental como hace Terrence Malick en alguno de sus últimos films, la directora Raven Jackson se mueve con imágenes y sonidos sin mucha coherencia argumental, teniendo que suponer muchas cosas que vas contemplando durante el caótico montaje.

Escenas larguísimas de barro deslizándose entre los dedos, abrazos interminables, pescar en un río con los sonidos de los bichos, etc. todo ello con planos contemplativos de situaciones que no cuentan nada, alejándose de lo que realmente importa, que es contar la historia de esta persona. Aparte la cronología y los flashbacks repetidos no hacen más que confundirte y desviar tu interés.

Desde luego no encontré la sensibilidad que busca el film, ni su lenguaje «poético», ni las interconexiones de sus protagonistas con la naturaleza, quizá su loca narrativa me descolocó y me aburrió soberanamente.

Ricar

 

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