Posiblemente, ‘711 ocean drive’ (1950), sea la mejor película rodada por el artesano Joseph M. Newman. Se trata de una pieza de género negro, con un guion muy elaborado, construido con mucha inteligencia y poseedora de unos diálogos brillantes. Con esos mimbres era muy difícil no armar relato potente y construir una historia moral sobre la ambición y el poder. La pareja de intérpretes principales conforman la guinda del pastel porque sus actuaciones modelan un impecable retrato sobre la obsesión por el dinero. Edmond O’Brien da vida a Mal Granger, un hombre cualificado como experto en la incipiente electrónica que trabaja de mantenimiento de líneas para la compañía telefónica. La guapa actriz Joanne Dru encarna a la sensual y veleidosa Gail Mason, mujer de un pez gordo de un sindicato de apuestas que prefiere acomodarse con Granger por aquello de su aspecto viril y sus inclinaciones codiciosas.

El comienzo es bastante revelador. Granger es un empleado modelo, que no duda en prestar dinero a un compañero en apuros y que obtiene algún dinero extra con las apuestas. El curro le gusta, le entusiasma y además sus cualidades le hacen conocer los últimos adelantos en tecnología. Sin embargo, la paga que recibe como salario no colma sus aspiraciones. Granger tiene una autoestima muy alta y persigue mentas mayores.

Su amigo y corredor de apuestas le pone en contacto con el jefe de una red de casas de apuestas independientes que tras el asesinato de aquel Granger toma las riendas y aplicando sus conocimientos en conexiones telefónicas hace del tinglado un negocio muy próspero que le permite ganar sumas cuantiosas de dinero.

Sin embargo, como las novelas negras/realistas y el cine de ese registro, esta modalidad de géneros nos ha enseñado como la vil avidez de tener más y más y construir alrededor de los ingresos una personalidad respetable y de alta alcurnia en medio de los chanchullos, hace que personas normales y corrientes conozcan el lado oscuro de las prácticas mafiosas y edifiquen a su alrededor una imagen de poder y opulencia.

Esto es lo que le ocurre a Granger, que surfeando la ola más alta, con el peligro todavía comedido, quiere alcanzar una gloria y estima todavía más alta. La condición humana es así. El afán y el ansía mueven su maquinaria para que un aplicado trabajador se convierta y se transformen, en el correr del argumento, en un ser canalla y abyecto. Un hombre corrompido, manipulador y muñidor de tramas que no dudará en contratar a sicarios para que asesinen al marido de su amante o matar él mismo a gente entrometida que le puede causar problemas con la policía.

La brigada criminal ha puesto en las actividades de Granger toda su atención y a través de sus diligentes agentes acechan para hallar el resquicio o la prueba que permita echarle el guante. Paralelamente, el poderoso sindicato de apuestas se ha fijado en su negocio de la costa oeste del pacífico y estaría interesado en incorporarlo a su red.

Fuerzas fácticas y miembros del sindicato, por circunstancias de la trama, colaboran de manera artera, cada uno mirando sus propios intereses y necesidades para atrapar a un hombre que se ha convertido, para los primeros en sospechoso de asesinato y, para los segundos, en una pieza molesta, ruin, villana, despreciable y de ambición desmedida.

El guion, urdido como he dicho de manera supereficaz, nos depara, y gracias al talento detrás de la cámara del Newman, una escena final, en una presa fronteriza entre los estados de Nevada y Arizona, maravillosa. Un excelente colofón, que desconocía, y que me ha parecido, por la impronta visual de la presa, sus recovecos, pasillos, estancias y grandeza, una localización colosal para terminar un filme sobre la historia de un empleado modelo que cruzó la línea prohibida de un juego que no era el suyo y llevaba mal apuesta.

Dicen un rótulo al inicio de esta producción que el rodaje estuvo vigilado por agentes de la policía porque en la película se desvelaban las formas marrulleras de proceder de las casas de apuestas que no deseaban que se conociesen a través del cine.

Reseña de Jose Manuel León Meliá

 

711 Ocean Drive (1950)
711 Ocean Drive poster Rating: 6.8/10 (2,034 votes)
Director: Joseph M. Newman
Writer: Richard English, Francis Swann
Stars: Edmond O'Brien, Joanne Dru, Otto Kruger
Runtime: 102 min
Rated: Passed
Genre: Action, Crime, Drama
Released: 04 Jul 1950
Plot: An electronics expert creates a huge bookie broadcast system for his crime boss, and takes over operations when his boss is murdered. His greed leads him on a deadly destructive path.
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