Ver a Robert De Niro encabezando el reparto de una comedia familiar, nos trae los recuerdos de la notable Los padres de ella (2000); pero si las comparaciones son odiosas, este caso serviría de claro ejemplo. Exceptuando un par de gags desternillantes, el resto del metraje se pierde en tontunas, secuencias forzadas y momentos de vergüenza ajena. Se limita a transcurrir a buen ritmo concatenando incidentes de eficacia desigual. Además, el bienintencionado mensaje sobre las guerras que ...