Debe reconocerse que Pedro Almodóvar no ha perdido su gen transgresor y ahora se atreve a cambiar algunos códigos tradicionalmente intocables del wéstern. El objetivo de este mediometraje (31 minutos) es fundamentalmente ese: demostrar que pueden actualizarse los parámetros tradicionales respetando la esencia clásica del género. Concretamente voltea las naturales inclinaciones de sus personajes masculinos, algo que recientemente osó a apuntar Jane Campion en la notable El poder del perro (2021). Sin embargo, no parece descabellado aventurar ...