Qué difícil resulta encontrar productos decentes de Fantasía Épica, un género que apenas puede contar con los dedos de una mano, las producciones con verdadero tono solemne, viniendo siempre a la cabeza dos títulos recurrentes, 'Excalibur' (1981), y 'Conan el Bárbaro' (1982), dos joyas generacionales, de la que surgieron infinidad de subproductos de serie B que, en parte, anularon la posibilidad de mantener ese estilo ganador. Ambientada en el Siglo VIII, donde las costumbres paganas están ...