Cierra la trilogía iniciada por TRON (1982) con un filme acorde a los tiempos que corren y ajustado al gusto del espectador actual. De todas formas, el futuro que proyecta, aun amparado por el desarrollo exponencial de las nuevas tecnologías, se antoja demasiado fantasioso. Si el primer largometraje, en su día visionario, hoy se ha quedado desfasado, este remoza la idea matriz y la lleva a cotas exageradas. Agota la premisa que maneja con idas y venidas ...