
Es posible, a mí me lo ha parecido, que ‘Orgía de sangre’ (1972), de Mario Bava, sea una de las piezas más flojas, atribuladas y amodorradas de su filmografía. Escrita por varios guionistas y pulida por el propio cineasta italiano para aproximarla lo más posible a su estilo e integrar elementos estéticos/expresivos acordes a su inventiva artística. Pese al voluntarioso empeño, aunque trufado de lugares comunes y cierta inanición argumental y la voluntad de conformar un producto estimable y reconocible, la empresa no termina de naufragar del todo gracias, sobre todo, a un par de escenas que están resueltas con cierto entusiasmo y resultan identificables con los mejores momentos de su obra.
‘Baron blood’ recupera el toque gótico preñado de una historia que nace en el siglo XVI y que atañe al barón Otto van Kleist que cosechó una pésima reputación por su innato instinto sádico. Se dedicaba a empalar a todo aquel o aquella que le contrariaba y le provocaba un inaguantable acceso de ira colgándolos de las torres más altas de su castillo ubicado en una zona austríaca. Una mujer, tachada de bruja, Elizabeth Hölle, antes de ser quemada, estableció una maldición anticipando su muerte consumida por las brasas. Ahora, en presente, uno de sus descendientes, el joven profesor Peter Kleist (Antonio Cantafora), llega al castillo para investigar en el pasado de su familiar, el barón, conocido como el sanguinario. Este personaje conoce a Eva (Elke Sommer), una arquitecta muy guapa que está haciendo las labores de reforma del impresionante castillo. Peter es un joven un tanto atrevido que quiere hacer uso de un pergamino donde se detallan las frases que hay que invocar en la habitación en la que el barón sufrió las tremendas quemaduras para que el cuerpo chamuscado se reencarne. Una vez aplicada la conjura, un ser horrible y monstruoso comienza a sembrar el pánico por la zona y a matar a una serie de personas cercanas al entorno del castillo.
La premisa no es muy imaginativa. Se trata de rescatar de las tinieblas a un tipo que disfrutaba masacrando, torturando y quemando a quien le llevara la contraria o le molestase en su despotismo. Para ello tenía en el sótano una amplia colección de utensilios medievales que utilizaba para infligir castigos crueles y letales. El espectador ve y observa a un guiñapo de personaje cuyo rostro y manos evidencian horror y espanto, intuye que se trata del barón y se deleita con un pequeño muestrario de su inclemente sadismo, matando con saña a una serie de personajes de poca entidad.
El giro más importante se produce con la irrupción de un misterioso inversor, que nadie sabe de donde sale, llamado Alfred Becker, que está interpretado por el actor norteamericano, Joseph Cotten, y que acaba de comprar el castillo en una subasta cerrada. Se presenta como un hombre culto y sofisticado, que se mueve en silla de ruedas y que está interesado en la percepción extrasensorial.
Por supuesto, la llegada de esta intrigante figura parece inocua, aunque es fácil de adivinar que se trata de una réplica del tristemente célebre barón sanguinario. Eva es objeto de una inquietante persecución por un entramado de calles muy estrechas y tocadas por un halo de niebla genuinamente gótica que, a mi modo de ver, es con diferencia lo más conseguido de la película.
La presencia de una niña, hija del profesor de universidad Hummel, aporta una dosis elevada de inquietud y la recurrencia a una vidente y médium para conseguir contactar con la bruja que emitió la maldición son de los pocos puntos fuertes a los que se agarra Mario Bava para darle algo de perfil siniestro a su aburrido y desganado trabajo. La obsesión del pariente Peter Kleist de hablar con el espíritu macabro del barón para indagar en el mundo de los muertos es corregido por Eva, más racional y práctica, como la policía, cuyo ejercicio es insignificante al no comulgar con las teorías de los principales implicados en la invocación. El erotismo es ramplón, soso y aletargado, a pesar de las bonitas minifaldas con las que se viste Elke Sommer en muchas escenas.
En definitiva, ‘Orgía de sangre’, es un título que se diluye como un azucarillo en el agua, que no tiene empuje y tampoco garra para conferirle fuerza y su dispositivo visual es bastante superfluo, como si Mario Bava no estuviese a gusto con el guion y con su desarrollo en imágenes.
Reseña de José Manuel León Meliá


| Baron Blood (1972) | |
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Rating: 5.9/10 (4,513 votes) Director: Mario Bava Writer: Willibald Eser, Mario Bava, Vincent Fotre Stars: Joseph Cotten, Elke Sommer, Massimo Girotti Runtime: 90 min Rated: PG Genre: Horror Released: 27 Oct 1972 |
| Plot: A young man, visiting the castle of a murderous ancestor in Austria, accidentally brings his dead relative back to life - searching for new victims. | |







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