Al cineasta y guionista británico Paul Greengrass le gusta mucho llevar a la pantalla historias dramáticas inspiradas en eventos reales. Un soporte que le proporciona hechos verídicos que los conduce para expresar la tensión y angustia de personajes sometidos a una situación de máxima intensidad, de total preocupación y de angustioso destino incierto. En ocasiones, el conocer de antemano el desenlace del argumento no es óbice para apreciar la construcción y el desarrollo del sobrecogedor caso en la forma visual elegida por un realizador acostumbrado al cine de acción. Autor de películas como ‘Omagh’ (2004), ‘United 93’ (2006), ‘Capitán Phillips’ (2013), ‘Noticias del gran mundo’ (2020) y responsable de darle marcha, estilo y contundencia a la saga del agente amnésico Bourne.

Lo último que veo de su filmografía es otro título, ‘The lost bus’ (2025), una propuesta muy comercial, que aborda un relato de los de apuro y sensación de estremecimiento basado en los pavorosos incendios que asolaron el norte del estado de California. Al final del metraje de la película y antes de los extensos títulos de crédito, unas letras sobreimpresas en la pantalla informan y detallan el número de víctimas que se cobraron, los diferentes fuegos forestales y los cuantiosos daños materiales que las llamaradas causaron.

Este tipo de cine, entretenido, sin más, recuerda, en un registro con un parecido más que razonable, a los largometrajes de la década de los 70 que contaban las sufribles peripecias de un puñado de personajes inmersos en situaciones terribles. Piezas que contaban una catástrofe natural o una tragedia provocada por la mezquindad del hombre, que proveían de momentos espectaculares y obligaban a los héroes de turno, a pelear denodadamente por la supervivencia y ayudar a los menos capacitados para la resolución física a salvar sus vidas.

Ahora Paul Greengrass retoma esa tendencia, la rellena de unos nutridos aportes de efectos digitales para componer un dantesco escenario cubierto por inclementes lenguas de fuego que asolan un vasto territorio boscoso y ponen en alarma a los equipos de extinción ayudados por otros cuerpos de protección civil. En esta grave tesitura, francamente horrorosa, un hombre, Kevin (Matthew McConaughey), un simple conductor de un autobús escolar, se las va a tener que ingeniar para sacar su vehículo de color amarillo con 23 niños a bordo del mismísimo infierno.

Para Kevin el inicio de la jornada es normal y corriente. Está separado, su hijo adolescente, rebelde, protestón y moralmente en contra de su padre, además de los habituales y consabidos desafectos, vive con él su anciana madre que se vale con una silla de ruedas también. Sin embargo, por clichés elementales de las palancas de tensión del guion, el día que sobreviene una hecatombe desproporcionada va a ser un día de furia para el protagonista. Su hijo enferma, una fiebre rutinaria, su madre no le puede ayudar, quiere pasar por la farmacia a coger algún medicamento para rebajarle la calentura, mientras su jefa, desde la base de autobuses escolares, le aprieta para que se persone en el garaje para pasarle la revisión mecánica al autobús. Y para colmo de males, se presta voluntario a recoger a los 23 niños que han quedado varados en una escuela y en la ruta hacia los sitios en los que viven los alumnos les rodean las llamas más aterradoras que quepa imaginar.

Kevin, magníficamente interpretado por Mathew McConaughey, se engancha muy bien al rol de personaje en el disparadero y objeto de recelo por parte de su supervisora laboral, es el típico tipo medio que vive sin esperanza. En los primeros compases del metraje, cuando trata de acudir a su casa para llevarle la medicación a su hijo subvirtiendo el compromiso laboral, recibe frases tópicas como «No es casual que tu vida sea un desastre». Pues esta criatura preocupada por los suyos va a vivir una experiencia inaudita y audaz para llevar a los atemorizados chavales de regreso a sus casas. Le acompaña en el viaje una maestra con la que tomará alguna decisión importante, viéndose rodeados de un peligro incesante y calibrando las pocas posibilidades de salir con vida de semejante averno.

Perdido por perdido, Kevin renace de las cenizas y cuando los equipos encargados de controlar el incendio solo pueden hacer que evacuar a los ciudadanos de las poblaciones afectadas por el incendio y dan al autobús por desaparecido, el héroe, necesitado de este último esfuerzo, coge fuerza mental y en el peor escenario posible, aprieta el acelerador del autobús y encara las llamaradas para atravesarlas y escapar de una muerte segura.

Película sobre las segundas oportunidades, la redención, la autoestima, creer en uno mismo y ser valiente y decidido contra todo pronóstico. Greengrass rueda una epopeya convencional y harto manoseada. La estética y el dispositivo visual tiene una presencia rotunda, la música de James Newton Howard ayuda y las situaciones son previsibles, pero el espectáculo está garantizado.

Reseña de José Manuel León Meliá

The Lost Bus (2025)
The Lost Bus poster Rating: 8.5/10 (127 votes)
Director: Paul Greengrass
Writer: Brad Ingelsby, Paul Greengrass, Lizzie Johnson
Stars: Matthew McConaughey, America Ferrera, Yul Vazquez
Runtime: 129 min
Rated: R
Genre: Biography, Drama, History
Released: 03 Oct 2025
Plot: A wayward school bus driver and a dedicated school teacher battle to save 22 children from a terrifying inferno.
Calificación: