Sarah parece haber encontrado su vocación trabajando en un hogar de ancianos de Liverpool, donde tiene un talento especial para conectarse con los residentes. Pero unos meses después, en marzo de 2020 llega la pandemia del coronavirus.

Los actos de bondad cuentan

Desgarradora película inglesa que aborda el tema de lo que sucedió en las residencias de ancianos al comenzar la pandemia de coronavirus. Un drama que, a pesar de los esfuerzos de los empleados para mantener seguros a los ancianos vulnerables, el virus arrasó dejando un rastro de muerte y devastación a su paso.

Tras una entrevista bastante desastrosa Sarah es contratada como cuidadora en una pequeña residencia de ancianos parece que ha encontrado un trabajo que le gusta y consigue conectar muy bien con los residentes, en particular con Tony que con solo cuarenta años tiene un temprano principio de Alzheimer. Pero todo se convertirá en un infierno tras la llegada de la pandemia.

Sus ochenta minutos se convierten rápidamente en algo sobrecogedor y a la vez conmovedor al ver como se desvive la protagonista ante una situación que se ha ido totalmente de las manos.  Impresionante el papel de Jodie Comer que tras «Freeguy» y «El último duelo» se le presenta un futuro más que prometedor. Junto a ella tenemos al gran Stephen Graham que se adapta a cualquier papel.

Puede ser que los últimos quince minutos no funcionen tan bien como el resto de la película, pero el guion de Jack Thorne (This is england) funciona perfectamente, así como la dirección de Marc Munden que consigue mediante planos desenfocados continuos ponerte más nervioso por la confusión que está provocando esta situación impensable.

Un film muy recomendable que creo que hay que ver, para valorar lo que ha pasado y sigue ocurriendo, así como la labor tan magnífica que han realizado los sanitarios, cuidadores, servicios de limpieza etc. ante la pandemia.

Ricar

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