Por ‘Harper, investigador privado’ (1966), de Jack Smigth, tengo una gran debilidad. Un argumento correoso y satírico de Ross Macdonald y una adaptación frívola sobre la debilidad, estupidez y gilipollez del ser humano. En la versión cinematográfica, de aseada pulcritud formal y notable ejercicio criminal a cargo de un cineasta solvente, los aspectos antipáticos y patibularios de los personajes están definidos con la suficiente ironía y mala baba que todas las criaturas son infames y carecen de flecos positivos. Son una caterva de gente arribista, despreciable y lisonjera que se relamen en la tontería porque son una panda de mequetrefes con su máscara de decencia cuando por debajo son viles y mamarrachos.

Sí, siento debilidad por Lew Harper, un descreído y nihilista detective privado sumido en un trámite de divorcio y que tiene que recurrir a la basura para rescatar filtros de café para poder hacerse un cafelito reparador. Como también tengo debilidad por el Marlowe de Elliott Gould en ‘Un largo adiós’ (1973), de Robert Altman como de Harry Moseby (Gene Hackman) en ‘La noche se mueve’ (1975), de Arthur Penn. Son una serie de detectives privados, hay más por supuesto, la lista es extensa, que me apasionan, por esa imagen de seres con el culo pelado por la experiencia, que están de vuelta de todo, que lo han visto todo, y que tienen un aire de románticos perdedores que por el camino han dejado atrás su idealismo. Porque todo es corrupto y falso como una moneda de chocolate.

Lew Harper entra en un universo de pasta podrida en el que una serie de satisfechos hombres y mujeres pretenden vivir del cuento costa del secuestro y petición de rescate de un acaudalado magnate que no es mejor que los demás pero ha sabido hacer dinero y mucho.

Un amigo de Harper, así se hace llamar, le pone en contacto de una pomposa mujer (Lauren Bacall), esposa del empresario, que le encarga al investigador que busque a su marido solo para decirle con qué mujer está apareado. El paradero y la salud le dan igual. Solo con quien fornica. El típico comienzo que desde las primeras pesquisas la situación se va enturbiando y el alcance de la investigación llega hasta una colina donde una especie de gurú y charlatán, empeñado en la purificación del alma, esconde migrantes como tráfico de mano de obra barata. La policía, con el Sheriff del condado a la cabeza, demuestra unas aptitudes torpes y su ayudante una falta de sagacidad total.

Jack Smigth presenta una panorama grosero y chanchullero. Gente alcohólica, drogadictos, traidores, truhanes de medio pelo y aprovechados que no le hacen ascos a cruzar líneas prohibidas y pasarse al lado oscuro.

‘Harper, investigador privado’ es un retrato satírico de una sociedad vacía y despendolada que no duda en muñir una acción criminal para ganar un dinero rápido y fácil. Quien tapona toda la inmoralidad, la falta de conciencia y el arribismo es un tipo listo pero cansado de escudriñar en un mundo despreciable y decadente.

Gran película.

Reseña de José Manuel León Meliá

 

 

Harper (1966)
Harper poster Rating: 6.8/10 (11,520 votes)
Director: Jack Smight
Writer: William Goldman, Ross Macdonald
Stars: Paul Newman, Lauren Bacall, Julie Harris
Runtime: 121 min
Rated: Approved
Genre: Crime, Drama, Mystery
Released: 30 Mar 1966
Plot: Cool private investigator Lew Harper is hired by a wealthy California matron to locate her kidnapped husband.
Calificación: