He visto con mucho entusiasmo, bastantes ganas y atención puesta al máximo el documental ‘Hal’ (2018), escrito y dirigido por la cineasta, Amy Scott, que recoge de manera detallada la trayectoria personal y artística de uno de los creadores audiovisuales más fieles a sus principios y cualidades como Hal Ashby. Un cineasta tachado de irreverente, disidente y rebelde que conformó una de las filmografías sólidas y eclécticas del panorama cinematográfico norteamericano.
La película comienza con una palabras del actor Warren Beatty, que fue productor y actor en una de sus películas más cachondas y sugerentes, ‘Shampoo’ (1975), con libreto de Beatty y el escritor Robert Towne, que contaba las andanzas sexuales de un afamado y apuesto peluquero de Los Ángeles con un éxito irresistible con las mujeres. Tras la voz narrativa del actor de ‘Bonie and Clyde’ entra en escena un director, Norman Jewinson, que tiene un elocuente protagonismo en el documental porque fue uno de los grandes amigos que Ashby tuvo en la profesión.
Jewinson y Hal Ashby se conocieron en MGM y pronto congeniaron. Se convirtieron en colegas inseparables y fruto de su unión talentosa nació una de las películas inolvidables de la década de los sesenta, ‘En el rey del juego’ (1965), en la que Ashby participó como editor. Dos años más tarde, sus sinergias y visiones sobre el racismo coincidieron en ‘El calor de la noche’ (1967), una de las piezas más destacadas y relevantes de finales de los sesenta. Ashby ganó el Oscar al mejor montaje en una ceremonia a la que llegó tarde, fruto de si disidencia con el sistema y cuando apareció por el recinto su nombre era citado como triunfador.
Es muy emotivo escuchar, a una edad avanzada, a un realizador todoterreno como Norman Jewinson hablando de los puntos de contacto con Ashby y reflexionando sobre los avatares del mundo del cine y la lucha constante con los productores que solo querían obtener grandes beneficios por delante de la calidad artística de los productos.
Una de las grandes frases que se escuchan en la película viene a decir de manera tajante y transparente que la mejor escuela para aprender a hacer cine es pasar largas horas trabajando en la sala de montaje. En la oscuridad de la habitación de edición, el autor de ‘Bienvenido Mr. Chance’ pasó interminables horas, sesiones larguísimas, incluyo se habilitó una cama para poder descansar algún rato.
En cualquier caso, como se precisa en ‘Hal’, algunos productores veían que Ashby estaba encaminado a la dirección. Se le notaba capacitado e imbuido de una personalidad espiritual (su imagen descuidada acrecentaba esta opinión) y un aire hippie idóneos en una época de transformación y disturbios sociales y raciales. Su primera película como director, ‘The landlord’ (1970), le puso en el mapa y a pesar del poco éxito del filme, se intuyó en sus imágenes un temperamento arremolinado, valiente y tenaz que le transportó a una de sus cimas más insólitas y cañeras, ‘Harol y Maude’ (1971), una cinta de culto sobre el extraño romance entre un chaval aficionado y obsesionado con la muerte y una mujer adulta. Un título que fue toda una bofetada en la cara por su surrealismo incontestable y un humor negro descacharrante.
Luego vino ‘El último deber’ (1973), que a punto estuvo de ser retirada por la cantidad de imprecaciones y obscenidades que se escuchaban en el procaz vocabulario de la película. Consiguió un éxito tremendo con ‘El regreso’, era el momento de la temática postraumática de la guerra del Vietnam, hizo una película muy personal, ‘Esta tierra es mi tierra’ (1978) y chocó de frente con los mandamases de la industria en ‘Ocho millones de maneras de morir’ (1986), cuya copia fue secuestrada y el montaje se maniobró al antojo de sus dueños. Antes había realizados dos títulos alimenticios y tras una consulta médica se le diagnóstico un cáncer de páncreas y las 59 años falleció.
Todos estos documentales sobre figuras del cine, sobre todo cuando abordan una obra y una personalidad de un cineasta intrépido, personal, airado y con ideas visuales en confrontación con la ortodoxia más conservadora, es toda una gozada empaparse de los aportes soltados por quienes estuvieron muy cerca de su mundo creativo. Como digo, llama poderosamente la atención, la aparición de Norman Jewinson que construye un epitafio francamente bonito.
Reseña de José Manuel León Meliá
Hal (2018) | |
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Rating: 7.2/10 (694 votes) Director: Amy Scott Writer: N/A Stars: Hal Ashby, Norman Jewison, Haskell Wexler Runtime: 90 min Rated: N/A Genre: Documentary, Biography Released: 07 Sep 2018 |
Plot: Hal Ashby's obsessive genius led to an unprecedented string of Oscar®-winning classics, including Harold and Maude (1971), Shampoo and Being There. But as contemporaries Francis Ford Coppola, Scorsese and Spielberg rose to blockbu... |
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