
En la 69 edición de la Seminci de Valladolid tuvo ocasión de visionar en su sección a concurso la producción noruega, ‘Sex’ (2024), escrita y dirigida por Dag Johan Haugerud. Una película fresca no exenta de ironía, con un humor disolvente, que abordaba, desde la perspectiva y experiencia de dos deshollinadores, sus aventuras sexuales. Bien dentro del matrimonio, aceptando un aire de decadencia y conformismo o por fuera, indagando y poniendo en valor relaciones con gente del mismo sexo. Un planteamiento gracioso y divertido que sondeaba las variantes de las relaciones de pareja e intentando estimular sus vidas sexuales buscando fórmulas alternativas. El tono de comedia pícara hablando de temas eróticos es una fórmula que funciona con más o menos intensidad siempre y cuando las situaciones y los diálogos apunten alto intentando escapar de los caminos trillados. Hablar de sexo durante los descansos laborales y, especialmente, para revelarle a tu compañero y amigo secreto confesables relacionados con experiencias nuevas que te dejan un poso de incertidumbre, duda y confusión debe ser una práctica muy atrayente para el oyente. Sus dos protagonistas fueron considerados por el jurado internacional como merecedores del premio de interpretación por su intensa y frívola naturalidad, además de descaro y algo de asombro en algunas afirmaciones.
Del mismo director veo ahora ‘Amor en Oslo’ (2024), otra pieza que gira sobre el mismo eje sexual que habla de emociones, deseos, afectos, desafectos, aventuras improvisadas, ganas de tener relaciones y las maniobras que se organizan para preparar citas a ciegas y ver lo que sale. Un guion que mantiene un estándar parecido a ‘Sex’ y pautado a través de tres personajes principales que se enfrentan a la soledad pero con la intención de tener una oportunidad pasajera o estable con otra persona para mantener relaciones improvisadas o duraderas.
La acción de la historia se desarrolla en Agosto, en la ciudad de Oslo, época estival matizada por la luminosidad de su fotografía y, sobre todo, por la saturación de los colores primarios, que le proporcionan a la película una estética rebosante, cuidada y matizada. Salvando las distancias, que pueden ser muchas e infinitas, viendo este trabajo de Dag Johan Haugerud, me venía a la cabeza la exquisitez de los colores utilizados por el maestro del melodrama Douglas Sirk en sus obras sobre encuentros, desencuentros, desdichas e infortunios, además de otros elementos.
Parte de la acción de este película se desarrolla en la consulta de la médica Marianne (Andrea Braein Hovig), especialista en urología y encargada de dar malas noticias cuando sus pacientes presentan una sintomatología cancerígena relacionada con la próstata. En el filme, la próstata es un detalle que tiene cierta relevancia y cuyos factores postoperatorios se introducen en el guion para determinar alguna relación gay. Marianne está soltera y busca pareja pero no desesperadamente. Su amiga Heidi (Marte Enge Brigtsen), gestora cultural del ayuntamiento de Oslo, alardea de feminismo, y guía turística ocasional que muestra los frisos que rodean al consistorio de la capital con sus subrayadas alusiones al sexo, la introduce en una reunión para que conozca a un geólogo muy interesante que se acaba de separar.
Sin embargo, el atractivo de ‘Amor en Oslo’, que reflexiona sobre los altibajos de los sentimientos que pasan de la alegría a la decepción en un simple parpadeo, tiene lugar en el ferry que una Oslo con diferentes emplazamientos de cercanía con la capital. Es un medio de transporte que utiliza habitualmente Tor (Tayo Vitadella Jacobsen), enfermero y compañero de consulta de Marianne en el hospital en el que trabajan. Tor es homosexual y aprovecha el ferry para intentar conocer hombres, ligar y tener, si se puede, relaciones sexuales.
Marianne y Tor confraternizan un poco más e intercambian confidencias con honestidad, dulzura y franqueza. En sus conversaciones me da la sensación que los diálogos están muy cuidados y a veces sus frases no dan una puntada sin hilo. Además, cualquier momento con ellos u otros personajes secundarios se vive con una explosión de colores identificados con el estado de ánimo de las figuras.
Se habla de la plataforma de ligar Tinder como un «burdel gratis». La gente lo utiliza como afán liberador. Dice un personaje masculino, un jeta, que es una gozada hacer el amor con gente extraña. La cercanía informal con personas que acabas de conocer y que consienten un polvo puede sentirse realmente bien.
Entre Marianne y Tor conducen este relato sobre el juego de las pulsiones y constantes que mueve el amor o la necesidad de él aunque sea casual y esporádica. El realizador y guionista vertebra instantes íntimos y seductores que se convierten, por la sinceridad de la puesta en escena, muy rohmeriana, en una estupenda armonía de sensaciones agradables enfatizada por la empatía de sus intérpretes. Ellos están estupendos y tienen un feeling mayúsculo. Y se valora el cariño, sensibilidad y delicadeza que Tor muestra hacia un hombre que desea y que acaban de extirparle la próstata. Vemos algunos de sus efectos secundarios.
En líneas generales, ‘Amor en Oslo’ es una película sobre sexo/sueños/amor que participó en el apartado a concurso del festival de cine de Venecia. Me ha parecido interesante, llevadera, con escenas bonitas y una fotografía espléndida. Está estructurada por días y empieza un 6 de agosto y nos lleva a final de mes con un montón de actividad en busca de sentimientos en el que se cae la decepcionante Heidi, que parecía él no va más y al final actúa de forma contradictoria exhibiendo su lado acomplejado y moral.
Reseña de José Manuel León Meliá

| Kjærlighet (Sex Drømmer Kjærlighet) (2024) | |
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Rating: N/A/10 (N/A votes) Director: Dag Johan Haugerud Writer: Dag Johan Haugerud Stars: Tayo Cittadella Jacobsen, Andrea Bræin Hovig, Lars Jacob Holm Runtime: 119 min Rated: N/A Genre: Drama Released: 25 Dec 2024 |
| Plot: Marianne, a doctor, and Tor, a nurse, avoid relationships. After meeting on a ferry where Tor seeks casual encounters, Marianne explores the possibility of spontaneous intimacy, questioning societal norms. | |







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