En su día, hace una eternidad y un día, el estreno a todo lo grande y gran repercusión mediática de una polémica película ‘A la caza’ (1980), escrita y dirigida por William Friedkin, dejó en mi memoria un thriller impetuoso y violento que se adentraba en un territorio poco menos que conflictivo. La inmersión y exploración de un patrullero ambicioso, Steve Burns (Al Pacino), en los ambientes homosexuales de Nueva York y el impacto recibido en su incursión detectivesca por garitos privados frecuentados por gays, supuso una estampa cuanto menos insólita. Un peso pesado como Friedkin, ganador de un Oscar por French Connection, realizador de éxito gracias al sideral taquillazo de ‘El Exorcista’ e importante varapalo y traspiés causado por una de sus mejores obras ‘Carga maldita’ (me sigue pareciendo una obra fascinante), necesitado de una pieza que le devolviera la autoestima, acometió una historia de una crudeza visual destacada. En aquella época, ‘A la caza’, me sorprendió y me dejó la sensación de haber visto un filme atrevido y de rango proceloso. Se la etiquetó de ofrecer una visión sesgada y patriarcal del tema y de lacerante reflejo de una comunidad de distinta identidad sexual blasfema y pornográfica. Lo que yo vi me pareció una trama de suspense sobre un asesino en serie que se dedicaba a mantener relaciones sexuales con hombres, someterlos, para luego asesinarlos de manera salvaje. Para dar con la figura de este escurridizo fulano, un opaco agente de la policía de Nueva York es elegido por el capitán (Paul Sorvino) de su equipo para desentrañar el intríngulis y capturar al villano.
Un asunto complicado y complejo, introducirse en una zona muy concreta y en círculos que todavía emanaban repelús, no es el mejor indicativo para que un patrullero ñoño y sin experiencia logre sus objetivos. Una vez que Burns se camufla y se mimetiza en un gay, sin olvidar, y Friedkin nos los recuerda editando una escena en la que vemos al policía follar con denuedo y energía con su novia, Nancy (Karen Allen), afirmando su heterosexualidad, y se acopla al entorno, se produce un efecto de ambigüedad.
Esa ambigüedad, la transformación, el frecuentar a todas horas una atmósfera exultantemente desprejuiciada, causa en el personaje masculino una oscuridad que lo absorbe y lo compromete. Esta parte indeterminada es la que más me gusta y creo que 54 años después está muy bien matizada por el autor de ‘Los chicos de la banda’ (1970). Por cierto, este título que acabo de citar, fue uno de los productos que abordaron la temática gay con un descaro y alguna ráfaga de osadía muy decidida y valiente.
Además de la ambivalencia del personaje de Burns, cuya imagen y trayecto se mueve entre dos aguas, dándole una extensión a su perfil de peso, la revisión del largometraje, en una copia remasterizada y escalado de imagen colosal, permite, en plan casi documental, valorar su profundidad de campo. Me refiero al uso de la cámara de Friedkin, su coqueteo por áreas y tugurios de aire despendolado, que el seguimiento en movimiento del personaje permite, cuando no son planos subjetivos, observar rituales y escenas de sexo que quedan en un segundo término rodadas sin cortapisas, muy directas y elocuentes, que hoy en día sería imposible presenciar.
La ambigüedad acompaña hasta los minutos finales, dejando la intriga flotando en el desconcierto y observando como Burns vuelve a reclamar los favores de su novia y ésta lo enfrenta con el lado desconocido de su compañero sentimental. Un toque subversivo y descarado, para nada complaciente, que te arrastra sensaciones y estados de ánimo correosos. Desde mi punto de vista, William Friedkin, supo terminar su película como el tono general que imprimió a su textura, incierta pero revoltosa.
Reseña de José Manuel León Meliá
Cruising (1980) | |
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Rating: 6.5/10 (28,544 votes) Director: William Friedkin Writer: William Friedkin, Gerald Walker Stars: Al Pacino, Paul Sorvino, Karen Allen Runtime: 102 min Rated: R Genre: Crime, Drama, Mystery Released: 15 Feb 1980 |
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Plot: A police officer goes undercover in the underground S&M gay subculture of New York City to catch a serial killer who is preying on gay men. |
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