'Los aristócratas del crimen' (1975), de Sam Peckinpah, maneja una tendencia muy acorde de los años 70 en el terreno del cine de acción como es la ruin villanía y el repugnante canallismo rampante adosado a las organizaciones paralelas a la CIA que ofertaban un servicio ilegal y de dudosa moralidad. Conspiraciones, amaños, corrupción, felonía, avaricia y torticeras astucias puestas al alcance del mejor postor. Para un tipo idealista como Peckinpah ahondar en el descreimiento ...