Las bienintencionadas ideas que maneja esta producción costarricense se prestaban a obtener un mejor resultado. Con los medios justos y unos actores que rinden de forma desigual, la puesta en escena no aprovecha el potencial de una película dirigida fundamentalmente al público adulto. Aun así, se debe aplaudir el mensaje vitalista que recorre este relato sencillo y amable. Eugenio, que frisa ya los setenta años, reparte el día entre sus amigos, la asistencia a actividades organizadas ...