La directora de Una pastelería en Tokio (2015), Naomi Kawase, firma esta película sobre la adopción, ambiciosa de miras. Su principal seña de identidad radica en mostrar distintas perspectivas de la maternidad con matices emotivos. Desarrolla así dos historias paralelas y desiguales que convergen en momentos  conmovedores, aunque alarga demasiado el metraje. No obstante, el relato, que incluye algunos aspectos intrigantes, va creciendo y gana en notas poéticas durante los últimos compases, hasta alcanzar un cierre lleno ...