El presupuesto argumental, que suena a visto, se convierte en un pretexto para llenar la pantalla de acción arrolladora durante dos horas, sin dar apenas respiro. DC Comics lleva la eterna lucha del bien contra el mal al máximo esplendor visual, tanto que termina agotando. Todo se reduce al puro espectáculo, sostenido por una trama que intenta parecer enigmática, tomando elementos propios de culturas y leyendas milenarias. Los diálogos denotan la mínima labor volcada en ...