En su ópera prima, Tom George intenta imitar las formas del peculiar Wes Anderson aplicándolas a una trama clásica de misterio marcadamente irregular. No consigue replicar las excelencias de tan ilustre referente, y los pretendidos chistes que acompañan a la historia resultan en muchas ocasiones insulsos o forzados. Afortunadamente, también surgen algunos destellos inspirados y el trabajo actoral, especialmente el de los dos protagonistas, mejora la curiosa relación que entablan sus singulares personajes. Este apartado, ...