La impecable realización de Jordan Peele (Déjame entrar, Nosotros) abduce completamente al espectador desde el primer al último minuto. Desarrolla la historia controlando los tiempos a la perfección y creando una atmósfera inquietante con golpes de efecto extraordinarios. Maneja muy bien los indicios de algo aterrador, con siluetas y sonidos estridentes que desconciertan. El despliegue de medios con que ha contado se hace patente en la parte final, donde asistimos a unas secuencias abrumadoras. Mientras, en ...