Durante unos breves segundos Fran fue consciente de que tan sólo le quedaban unas horas de vida. Pero sólo fue un instante y continuó con lo suyo, ante la mirada de su mujer que parecía petrificada, incapaz de reaccionar. El único objeto asimilado a un arma que había podido conseguir era una azada plegable del domo de cultivo de cereales en el que trabajaba. Rebelarse contra la Norma de cuarentena suponía asumir un castigo severo e ...