Las hechuras de cine minimalista son inversamente proporcionales a la profundidad de su mensaje y al cariño y esfuerzo volcados en este peculiar film islandés. La denuncia de las industrias que dañan el medio ambiente impunemente se escenifica con sutileza, encanto visual y un humor inteligente, en ocasiones con notas surrealistas, componiendo una película imprescindible para el público cinéfilo. A sus cincuenta años, Halla, profesora de canto, ha declarado la guerra a las fábricas de aluminio, ...