François Ozon rinde un respetuoso homenaje al malogrado Rainer Werner Fassbinder adaptando libremente una de sus películas más reconocidas, sin alejarse excesivamente del sello personal que caracterizó su obra. El resultado es esta tragicomedia bien rodada, pero con algunos altibajos. Funciona mejor en clave de humor; no obstante, también alcanza cotas demasiado grotescas. En los apartados dramáticos hiperboliza las reacciones del protagonista. Por otro lado, la mirada al mundo del cine desde dentro le permite ...