El título ya anticipa el carácter de la historia que propone: un cuento recorrido por la fantasía de las obras clásicas en las cuales se inspira; sin embargo, los matices dramáticos impiden considerarlo como un film netamente infantil. Aun asumiendo sus imprescindibles aspectos mágicos, la ficción se extiende a ciertos detalles de su premisa innecesariamente inverosímiles, que chocan con el contexto en que se desarrolla. Se le ha de reconocer, cuanto menos, el ingenio aplicado ...