Resulta muy inferior a su predecesora en todos los aspectos. No solo porque pierde la capacidad de sorprender con las mismas premisas, sino por la simpleza del guion, que ofrece pocos alicientes y un recorrido excesivamente previsible. A ello se suman unos diálogos escasamente inspirados, particularmente cuando pretenden introducir notas de humor, y unas recargadas escenas de acción. A Eddie Brock se le presenta la oportunidad de relanzar su carrera entrevistando a Cletus Kasady, un asesino ...