Si El otro guardaespaldas (2017) era rutinaria y olvidable, pero entretenida gracias a algunos gags inspirados, esta resulta sensiblemente inferior. Con una fórmula similar: humor y acción espectacular, ahora el film adquiere tonos infantiloides y al guion, que parece un cúmulo de retazos, le cuesta sostener la intriga con la mínima coherencia deseable. Pone en el centro de la historia al personaje de Salma Hayek, sumándose a la línea del empoderamiento femenino, aunque a costa de reiterar ...